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Artículo en Cubadebate dice que la policía cubana es un ejemplo para EE.UU

Escrito por un estadounidense,el texto dice que la “imagen de comunistas brutales y represivos” es contraria a la realidad.

Policía con perro durante concierto en calle 23, La Habana (imagen de referencia) © CiberCuba
Policía con perro durante concierto en calle 23, La Habana (imagen de referencia) Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 3 años

Un artículo publicado en el portal oficialista Cubadebate, tomado del sitio Common Dreams, intenta convencer al lector de que la policía cubana es un ejemplo que debieran tomar en cuenta los activistas en EE.UU. que se oponen a la violencia de los oficiales.

Según el autor, el periodista estadounidense Reese Erlich, en la Isla “los policías están interesados ​​en prevenir el crimen, no en agravarlo” y para ello cuenta una anécdota de unos oficiales musculosos” con pistolas y bastones, que estaban controlando un concierto de salsa al aire libre en el que él se encontraba con unos amigos. "Nos animaron a beberla, pues solo tenían interés en cuidar que no portaran botellas de vidrio que pudieran usarse como armas".

Erlich dice que la “imagen de comunistas brutales y represivos” es contraria a la realidad y que, en cambio, la policía cubana “ofrece un ejemplo instructivo para los activistas en los Estados Unidos”. Por si fuera poco, dice que “generalmente tratan a los ciudadanos con respeto”.

El autor no consideró las tantas imágenes de represión a opositores en la isla y periodistas independientes o la ciudadanía en general, como aquellas en que los policías durante los carnavales de La Habana lanzaban como sacos de papa a quienes detenían por encima de una cerca para ser golpeados nuevamente, o las veces que encaran a las personas con perros y con maneras totalmente irrespetuosas.

Al contrario, justifica la violencia contra los opositores diciendo que estos “son financiados por Washington y regularmente difunden noticias falsas, por lo que sus reclamos de brutalidad sistemática carecen de credibilidad”.

El estadounidense se lanza en destacar la “baja criminalidad” con la que tienen que lidiar las autoridades cubanas y luego se adentra en el asunto de las protestas contra el racismo en EE.UU. por la muerte del afroamericano Goerge Floyd.

Sin embargo, el autor señala en la segunda mitad del artículo un matiz en contra de la policía en la isla, al admitir que no pocas veces detienen a personas de piel negra sin razón aparente, solo porque acompañan a algún extranjero. A pesar de esto último, más adelante sugiere que la experiencia de Cuba podría entrar en los debates por cambiar las fuerzas policiales en Estados Unidos.

De acuerdo con su “análisis” la policía en la isla es capaz de reducir el crimen sin depender de la fuerza bruta, y la lucha contra los delitos “comienza con una red de seguridad social, que brinda a cada cubano educación gratuita, atención médica gratuita y eventos culturales subsidiados”.

“Cuba no sufre los azotes de la falta de vivienda y la adicción a las drogas instigada por los carteles, a pesar de los intentos regulares de los traficantes de contrabandear drogas a Cuba desde Florida”, escribe, sin basarse en estadística alguna e ignorando que justamente la vivienda es uno de los problemas que más afecta a los cubanos en la actualidad.

Recientemente, el propio gobierno reconoció que en la isla existen más de 122 mil casas con piso de tierra y 9600 cuarterías, por solo mencionar algunos déficits.

Por si no bastara, el texto resalta el papel de vigilancia de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), una conocida red que se ha prestado históricamente para que los cubanos se delaten unos a otros, bajo la perspectiva viciada de supuestos “delitos” y actos o comportamientos “contrarrevolucionarios”.

Erlich plantea que en la crisis de los años 90 se reforzó la presencia policial en las calles, atendiendo particularmente a los puntos turísticos, pero la represión se tradujo en un caída del 20 por ciento de hechos delictivos, sin mencionar que algunos de ellos eran tan irrisorios como la posesión de dólares estadounidenses, figura por la cual varios cubanos, desesperados por el hambre y la escasez, fueron condenados a prisión y salieron de ella sin el más mínimo resarcimiento después de que el propio Fidel Castro legalizara la circulación de esa moneda.

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Maykel González

Periodista de Cibercuba. Graduado de Periodismo por la Universidad de La Habana (2012). Cofundador de la revista independiente El Estornudo.


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