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Escala el diferendo diplomático China-EEUU: Pekín cierra consulado norteamericano en Chengdu

El último discurso pronunciado por Pompeo describe a Pekín como una amenaza existencial para la economía, la libertad y la democracia en el mundo.

Las relacianos entre los dos países están en uno de sus perores momentos © US Department of State
Las relacianos entre los dos países están en uno de sus perores momentos Foto © US Department of State

Este artículo es de hace 3 años

Las relaciones entre China y Estados Unidos, que ya habían sufrido en los últimos meses un serio deterioro por la pandemia de coronavirus y, más recientemente, la aprobación de la Ley General de Seguridad Nacional en Hong Kong, acaban de sufrir un nuevo embate con la respuesta china al cierre de su consulado en Houston. Estados Unidos tendrá que cerrar, a su vez, su consulado en la ciudad de Chengdu, uno de los cinco que tiene en territorio chino, además del de Hong Kong.

La legación, inaugurada en 1985, se encarga, entre otras regiones del suroeste de China, de Tíbet, y cuenta actualmente con 200 empleados.

El recinto cobró un súbito protagonismo en 2012, cuando sirvió de refugio al entonces jefe de policía de Chongqing, Wang Lijun, que reveló a los funcionarios estadounidenses el papel de la esposa de su jefe, el secretario general del Partido Comunista en esa ciudad, Bo Xilai, en la muerte del ciudadano británico Neil Heywood.

La medida china constituye “una respuesta legítima y necesaria a la medida injustificada de Estados Unidos”, aseguró el Ministerio de Asuntos Exteriores en en un comunicado. No precisó si, como ha hecho Estados Unidos, los norteamericanos tendrán sólo 72 horas para cerrar el consulado.

Las autoridades chinas también han hecho un llamamiento a la calma, en momentos en que las tensiones entre los dos países se encuentran en su punto más alto en cuatro décadas. “La situación actual de las relaciones chino-estadounidenses no se corresponde con los deseos de China, y Estados Unidos es totalmente responsable de ello”, asegura el ministerio chino, que pide a Washington “crear las condiciones necesarias para que las relaciones bilaterales vuelvan a la normalidad”.

Este martes Washington ordenó el cierre del consulado chino de Houston. Dos días después, el secretario de Estado de EE. UU, Mike Pompeo, describió esa legación como “un centro de espionaje” y “de robo de la propiedad intelectual”. Pekín ha devuelto acusaciones similares contra los diplomáticos estadounidenses destinados en Chengdu: en la rueda de prensa diaria de Exteriores, el portavoz Wang Wenbin ha acusado a parte de ese personal de injerir en los asuntos internos de China y llevar a cabo actividades que no coinciden con sus identidades.

Pese a los llamamientos chinos para una vuelta a la normalidad, el conflicto diplomático ha ido escalando y no parece que las autoridades norteamericanas vayan a ceder.

El discurso pronunciado por Pompeo describe a Pekín como una amenaza existencial para la economía, la libertad y la democracia en el mundo, y llama a los países occidentales a plantar cara a la “tiranía” de la potencia asiática. “¿Acaso las teorías que propusieron nuestros líderes sobre la evolución de China hacia la libertad y la democracia se han hecho realidad? El viejo paradigma del compromiso con China ha fracasado. No debemos continuarlo. No debemos volver a él”, dijo el secretario de Estado.

La retórica de Pompeo recordó discursos de la Guerra Fría y no dejó mucho margen al entendimiento con los líderes chinos. “El presidente Ronald Reagan trabajaba con los soviéticos sobre la base de ‘confiar, pero verificar’. Cuando se trata del Partido Comunista Chino, yo digo ‘desconfiar y verificar”.

Por su parte, el vocero chino ha rechazado las afirmaciones de Pompeo, que considera que están llenas de “prejuicios ideológicos” y no se corresponden con la realidad.

Ambas potencias se han impuesto mutuamente sanciones en torno a los aranceles comerciales, Hong Kong y Tíbet. Pekín ha amenazado con represalias contra la empresa aeronáutica y de Defensa de EE. UU. Lockheed Martin por vender armas a Taiwán, mientras que Washington ha declarado “ilegales” las reclamaciones de soberanía de Pekín en el mar del Sur de China.

Este mismo mes, dos piratas cibernéticos chinos fueron acusados por el Departamento de Justicia por robar secretos de más de 12 compañías estadounidenses, de sectores tan sensibles como la salud y la defensa.

Los acusados, Li Xiaoyu y Dong Jiazhi, habrían usurpado información clave de al menos cuatro empresas de EE.UU. que trabajan incansablemente para encontrar un tratamiento efectivo contra el coronavirus.

Además de la presunta usurpación de secretos en el terreno de la salud, a estos piratas cibernéticos chinos se les acusa de robar información a contratistas de defensa norteamericanos.

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Ernesto Hernández Busto

Periodista y ensayista cubano. Fundador del sitio Penúltimos Días.


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