Las autoridades cubanas detuvieron a dos individuos que presuntamente se dedicaban al contrabando de café desde Santiago de Cuba hacia el occidente de la isla y camuflaban sus operaciones utilizando un carro de turismo.
La televisión nacional informó que en un operativo del Ministerio del Interior (MININT) fueron decomisados 500 kg de café en grano, y el automóvil.
Tanto el café como el auto robado representan pérdidas a la economía nacional estimadas en más de 1 millón de pesos, afirmó el jefe de grupo de la Unidad e Instrucción Penal de Granma, Miguel Ángel Rodríguez Verdecia.
El auto usado para el traslado de la mercancía había sido sustraído de una agencia de renta en La Habana, detalló.
De acuerdo con la información, los implicados, de las provincias de Las Tunas y Santiago de Cuba, fueron detenidos luego de negarse a obedecer una señal de alto emitida por un policía en Granma.
Ellos se negaron a acatar la orden y siguieron la marcha, tras lo cual fueron perseguidos y detenidos, afirmaron las autoridades.
Dijeron, además, que ambos hombres falsificaban las letras y números de dos matrículas para autos que tenían en su poder.
Asimismo, que habían colocado tacos de goma para calzar la amortiguación del coche y ayudarlo a soportar la carga, lo cual causó daños severos al vehículo.
Un reportaje del operativo fue emitido el viernes último por el Noticiero Nacional de Televisión, como parte de la saga policiaca que trasmite el régimen cubano para escarmentar a la población del país.
La publicación diaria de estos reportajes sobre el decomiso de mercancía estatal presuntamente robada por "personas inescrupulosas" para ser usada en su propio beneficio ha sido criticada por algunas organizaciones, quienes afirman que se trata de una estrategia del gobierno para que la población canalice su malestar ante la escasez de alimentos que padece y no culpe al régimen de los problemas del país.
Estas historias, narradas con tintes policíacos en cadena nacional y en medio de la escasez de alimentos que vive el país, suelen crear una falsa percepción de que los culpables de los problemas de la isla son estos individuos y no la deficiente administración estatal.
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