Hasta hace muy poco, uno de los cubanos que mejor lucían en la Nippon Professional Baseball era el matancero Ariel Martínez, quien recibió una oportunidad de juego en los Dragones de Chunichi y la aprovechó espléndidamente.
Sin embargo, al espigado receptor de 24 años le ha tocado probar el amargo e inoportuno trago de las lesiones, y desde el país del Sol Naciente me ha resumido vía chat los detalles de su situación.
“Lo que sucedió –dijo- fue que el sábado pasado hice un mal swing y el domingo al salir como bateador sustituto me lastimé. Me molestaba mucho y me hicieron una resonancia que dio que tengo afectado el ligamento del dedo gordo de la mano izquierda, pero solo es un poco de inflamación que debe estar resuelta en dos semanas. No hay más que eso”.
El prometedor enmascarado adelantó que espera recuperarse “bien pronto”, y sostuvo que confía en que el equipo volverá a llamarlo en cuanto se reponga.
“Ya demostré mi valor y no creo que me ignoren”, señaló. “Me di un lugar a la ofensiva y también a la defensa; estaba sacando buenas notas en los dos terrenos”.
Interrogado sobre la baja de su rendimiento ofensivo en las jornadas previas a la lesión, Martínez asumió la responsabilidad con la frase “es demérito mío”, aunque apuntó que “me dejé sacar de paso porque a veces jugaba dos partidos como titular y luego me ponían de emergente en días seguidos. Creo que esos turnos al bate me preocuparon la cabeza, pero eso es normal, no se puede batear .500 en la pelota”.
En estos momentos el yumurino exhibe slash line de .296/.359/.423 y suma dos jonrones y una decena de remolques en 31 encuentros.
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