Un desconocido disparó a bocajarro contra dos agentes de policía en Compton, al sur de Los Ángeles, según informó el departamento del sheriff de este condado y varios medios locales.
Ambos sufren múltiples heridas de bala en la cabeza y se encuentran actualmente en estado crítico.
En un mensaje divulgado en Twitter, la oficina del sheriff de Los Ángeles confirmó el ataque: "Hace un momento, han disparado a dos de nuestros agentes en Compton y han sido trasladados a un hospital. Los dos están luchando por sus vidas, por favor, manténganlos en sus oraciones".
El suceso tuvo lugar alrededor de las siete de la tarde (hora local) y fue grabado en vídeo por una cámara de seguridad. En las imágenes se ve a un individuo acercarse hasta el vehículo policial, disparar por sorpresa sobre los agentes a través de la ventanilla sin cruzar palabra y huir corriendo.
La policía busca en estos momentos a "un hombre de piel oscura", y las autoridades han pedido ayuda a cualquiera que pueda proporcionar información para detener al sospechoso.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reaccionó a lo sucedido en un tuit, donde afirmó que "estos animales deben ser golpeados con fuerza".
Los dos agentes tiroteados son una mujer de 31 años, madre de un niño de seis años, y un hombre de 24. Se habían graduado hace apenas 14 meses y trabajaban en la división de transportes. Ellos mismos solicitaron ayuda por radio antes de perder el conocimiento.
“Esto es un siniestro recordatorio”, dijo Villanueva en una rueda de prensa en el hospital, "de que al menos un policía a la semana es tiroteado estando de servicio” en Estados Unidos.
El sheriff también citó un suceso que ha encendido los ánimos entre la comunidad afroamericana de Compton, uno de los lugares más peligrosos para vivir en Estados Unidos: el pasado 3 de septiembre, policías de Washington mataron a tiros a un hombre negro cuando iban a detenerlo.
Varios controvertido episodios de presunta violencia policial han tenido lugar en Estados Unidos durante estos últimos meses.
El 23 de agosto en Kenosha, Wisconsin, la policía local baleó al afroamericano Jacob Blake. El tiroteo desencadenó nuevas protestas pacíficas y otras violentas, que acabaron con el asesinato de dos personas y una tercera herida, a manos de un civil armado. El joven de apenas 17 años, Kyle Rittenhouse, fue arrestado y acusado de homicidio.
Blake, ha quedado paralítico por el tiroteo y se recupera en un hospital de Milwaukee. Estos hechos violentos han despertado nuevas protestas en ciudades estadounidenses similares a las provocadas tras la muerte de George Floyd.
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