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Trump: Biden quiere convertir a EE.UU. en una Cuba comunista

El mandatario insistió en la "amenaza socialista" que representan Biden y su compañera en la fórmula demócrata, Kamala Harris.

Donald Trump en multitudinario mitin en Sanford © Wikimedia Commons / Gage Skidmore
Donald Trump en multitudinario mitin en Sanford Foto © Wikimedia Commons / Gage Skidmore

Este artículo es de hace 3 años

En su primer acto de campaña tras rebasar el contagio de coronavirus, el presidente Donald Trump no se olvidó de Cuba y arremetió contra el candidato Joe Biden y los demócratas por querer imponer el socialismo en Estados Unidos.

“Ellos [los demócratas] y mi oponente quieren castigar a la clase media, eliminar los últimos valores tradicionales y reemplazar el 'sueño americano' con una pesadilla socialista... Quieren convertir a Estados Unidos en una Cuba o una Venezuela comunistas y arruinar las vidas de los hispanos y de todos los estadounidenses”, dijo Trump en un multitudinario mitin en Sanford, Florida, la noche de este lunes.

El mandatario insistió en la "amenaza socialista" que representan Biden y su compañera en la fórmula demócrata, Kamala Harris, en un estado donde el tema constituye un punto de movilización para miles de inmigrantes cubanos, venezolanos y nicaragüenses.

Decenas de cubanos se dieron cita en el lugar, cercano al aeropuerto de Orlando, en el centro del estado, que este lunes reportó un índice de contagio del virus del 4.28%.

Congregación de simpatizantes de Trump en acto de campaña en Sanford, Florida. Foto: Campaña de Trump

Trump no evadió tampoco dos temas que son clave para los votantes de Florida: la inmigración y la cobertura de salud pública, bajo el signo del plan federal conocido como Obamacare.

“Todos tenemos corazón y queremos ayudar a la gente, pero lo que [los demócratas] están haciendo es diciendo a millones de personas que entren a nuestro país, y dicen: ‘Les vamos a dar educación, les vamos a dar cuidado médico, les vamos a dar todo... eso no lo podemos hacer, no nos alcanza el dinero. No podemos ni siquiera con nuestra propia gente y tenemos que cuidar a nuestra gente primero”, dijo el mandatario.

Trump aprovechó la ocasión para repetir, aunque sin brindar evidencia, que México está pagando por el muro que su administración construye en la frontera con el fin de impedir el paso de inmigrantes a territorio estadounidense, y mencionó que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene desplegados 27 mil efectivos para resguardar los pasos fronterizos.

“Bajo mi liderazgo hemos logrado la frontera más segura en la historia de Estados Unidos y que estamos terminando [el muro]. Es tan hermosa. Esperen a verla... En unos cuantos meses más. Estamos construyendo 10 millas por día”, comentó. “Y a propósito, México la está pagando. Odio decirlo, pero México está pagando”.

Trump dijo que el compromiso con el gobierno mexicano fue que ellos ayudaran a proteger la frontera, pues "de otra manera les voy a tener que cobrar aranceles porque no vamos a aguantar esto”.

El discurso de Trump desde su primera campaña electoral ha tenido como pilar la batalla antiinmigrante. Los demócratas han propuesto alternativas de amnistía para los inmigrantes indocumentados, reanudar los programas de protección temporales para varios países -el llamado TPS- y la legalización de los estudiantes protegidos por DACA, la esperanza para los denominados “dreamers”.

Y respecto a los cuidados médicos, el presidente apuntó hacia el interés de los votantes de la tercera edad, que constituyen un segmento considerable en Florida, insinuando que proteger a la inmigración ilegal podría poner en riesgo sus beneficios.

“Cuando yo sea presidente nadie tocará tu Medicare. Nadie tocará o dañará de forma alguna tu Seguridad Social”, aseveró Trump durante un discurso de alrededor 20 minutos.

El presidente hizo alarde de su estado de salud y de su energía en la campaña, y dijo sentirse bendecido por las oraciones de sus seguidores.

Estoy inmune, me siento con mucho vigor... Besaré a cada una de las personas que están aquí, abrazaría a los hombres y las bellas mujeres. Solo denme un beso fuerte y grande”, afirmó.

El entusiasmo le alcanzó incluso para mover las caderas al ritmo del tema Y.M.C.A, de Village People.

La inmensa mayoría de los participantes desafió las instrucciones del Centro para el Control de Enfermedades (CDC), que recomienda mantener distanciamiento social y mascarillas en congregaciones masivas. En el palco detrás del escenario la casi totalidad de las personas estuvo sin mascarillas y el presidente habló también sin protección facial.

“Vamos a tener una vacuna pronto y una recuperación rápida del virus”, aseveró Trump. La desafiante posición del mandatario ante el COVID-19 se afincó en una noticia emitida poco antes de tomar esta tarde el Air Force rumbo a Florida, cuando su médico anunció que el presidente ya no representa riesgo de contagio tras haber arrojado negativo a pruebas de coronavirus durante dos días consecutivos.

El evento del lunes en Sanford es la primera parada en una semana decisiva a 23 días de la elecciones, y que incluirá mítines en Pensilvania, Iowa, Carolina del Norte y Wisconsin. Trump se ha concentrado en los llamados estados bisagra, que pueden inclinar los votos electorales a su favor, en momentos en que, abrumadoramente, los sondeos lo sitúan perdiendo la votación popular.

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