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Entrevista a Kaliema Antomarchi: "Tengo fe en recobrar la forma para lograr mi ansiada presea olímpica"

Esta pandemia ha dificultado los entrenamientos de todos y en todos los deportes; empezar de cero, crecernos y a partir de esa premisa, tener el empeño, el compromiso de subir al podio en Tokio, no fue en el 2020 será en 2021.

Judoca cubana Kaliema Antomarchi © ACN
Judoca cubana Kaliema Antomarchi Foto © ACN

Este artículo es de hace 3 años

Para la santiaguera Kaliema Antomarchi, miembro de la selección femenina de judo, 2020 comenzó con un muy buen paso: una medalla de oro, otra de bronce y una quinta posición en el tradicional periplo por el Viejo Continente hacían presagiar que la técnica judoca iba bien encaminada hacia los Olímpicos de Tokío.

Sin embargo, la terrible pandemia que aún afecta al planeta la hizo regresar pronto a su caliente ciudad y desde allí, Kaliema atiende gustosa mis preguntas.

Nací en Santiago de Cuba, tengo 32 años, soy una veterana dentro del equipo Cuba. A mis padres Osvaldo y María de los Ángeles debo ser una mujer luchadora además de a mi abuela Silvia, la reina de la familia. Siempre es muy bueno tener una simiente de la cual sentirte orgullosa.

Comencé la práctica de este deporte porque me gustaba un programa de la televisión que se dedicaba a las artes marciales y conducía Roberto Vargas Lee “Dojo en TV”. No tenía conocimiento alguno sobre el judo.

Entonces ¿cómo fueron tus comienzos, cómo llegas al Cerro Pelado, cuartel general de los seleccionados nacionales de judo?

Inicié mis prácticas en la academia Hiroshima. Tras una etapa escolar siempre en el podio en las categorías 13-14 y 15-16 llegué a la escuadra nacional el jueves primero de junio del 2006 en la división de los 70 kilos.

Una división muy fuerte, en la que reinaba Ia subcampeona olímpica de Beijing Yalennis Castillo.

Desde el inicio mantuve una gran rivalidad con ella, primero en los 70 y luego en los 78 kilogramos. Lamentablemente considero que no me dieron todas las posibilidades; estoy segura de que ahora presentaría un mejor palmarés.

¿Pesó mucho la medalla de plata olímpica de Yalennis?

Creo que sí, que pesó… Para mí y mi carrera de ocho largos años, se tuvo en cuenta su status de subcampeona olímpica por encima de los resultados individuales y los encuentros entre nosotras, en los cuales yo la aventajaba ampliamente.

Sí, yo recuerdo aquella época porque se hacía muy difícil elegir, aunque a la subtitular de Beijing se le hacían asiduas las lesiones mientras Kaliema mantenía una fortaleza fuera de lo común.

La santiaguera es muy fuerte físicamente, imponente estatura para el judo, un metro 80 centímetros, muy técnica en el tashi-waza, o sea, postura de pie y tiene perfeccionado el o-soto-gari (una técnica que se aplica tratando de dominar al rival desde afuera de la pierna).

¿Por qué no ser buena también en el ne-waza? ( combate en el suelo)

Porque la estrategia de mis entrenadores contemplaba mucho mayor trabajo de pie; ellos justificaban ese detalle por mi estatura para la división.
Me encantaría tener un nivel parejo en ambas posiciones, pero además es algo que hay que trabajarlo desde la base.

Las cubanas somos muy fuertes físicamente y eso nos ayuda mucho en el tashi-waza. Recuerdo a Sibelis Veranes, Yurisel Laborde, Diadenis Luna, todas santiagueras como yo, que eran mujeres muy fuertes; sin embargo, no tenían un ne-waza muy perfeccionado.

A pesar de no ser la figura principal de tu peso has cosechado éxitos importantes.

Algunos. En el 2009 fui campeona panamericana del deporte en Argentina, tercera en el Mundial Universitario de Belgrado; medallas de oro y bronce en las Copas del Mundo de Venezuela y Austria; quinto lugar del Villa de París y séptimo en el Mundial de Rotterdam.

Me impuse en el certamen internacional que tiene por sede a nuestro país, el Judoguis Dorado en sus versiones de 2010 y 2012, formé parte del equipo que ganó el bronce mundial del 2011 e igual metal en la Copa del Orbe de Brasil. En el Mundial de Hungría 2017 coseché el, para mí, más importante éxito de mi carrera al quedar tercera en un evento super élite y competitivo.

Un año después me impuse en los Juegos Centrocaribeños de Cartagena de Indias y en 2019 quedé segunda en los Panamericanos en Lima.

En Grand Slam y Grand Prix, torneos que amenizan anualmente el circuito competitivo del judo mundial, he subido a podios en Brasil, Japón, Francia, China, Georgia, México y Hungría, entre los años 2017 y 2020.

Te reitero, de haberse confiado más en mí ahora podría hablarte mucho más.

¿Qué me dices del presente?

Como ya te he dicho, iba muy bien en la temporada invernal cuando se suspendió todo por el coronavirus pero he estado preparándome en casa y con los entrenamientos marcados. Ya estamos en activo, recién llegamos a la provincia de Cienfuegos, donde reiniciaremos la preparación rumbo a Tokio ahora 2021.

Sé que dentro del seleccionado nacional existe una gran empatía entre tú y la gran judoca Idalys Ortiz ¿qué es ella para ti, te ayuda?

Para mí es un gran honor ser compañera de cuarto, de entrenamiento y de equipo de Idalis. Todos ven en ella a la gran atleta que es, pero para mí es mucho más que eso. Es mi amiga, mi hermana, es mi apoyo en momentos difíciles y mi compañera en momentos festivos… Ella me ha hecho comprender que en la cita nipona podré disfrutar de la medalla por la que tanto he luchado, la olímpica y créeme, confío en ello.

No es nada fácil lo que te propones. La división de 78 kgs es fortísima a nivel universal.

Muy cierto, pero a pesar de ello y de estar en la categoría más repartida en cuanto a favoritas se refiere, para mí es un gran compromiso representar a Cuba ya que históricamente nuestros 78 han estado a la vanguardia: Diadenis Luna, Yurisel Laborde y Yalennis Castillo.

En el tatami olímpico sé que podré enfrentar a la japonesa Shori Hamada, la francesa Madeleine Malonga, la británica Natalie Powell, la alemana Ana María Wagner y la brasileña Mayra Aguiar, quienes son las principales figuras del peso en el universo.

Esta pandemia ha dificultado los entrenamientos de todos y en todos los deportes; empezar de cero, crecernos y a partir de esa premisa, tener el empeño, el compromiso de subir al podio en Tokio, no fue en el 2020 será en 2021.

Vinculada como he estado yo con el deporte por cuatro décadas conozco la alegría sin límites del triunfo y el desconsuelo infinito del fracaso. En el caso de la Antomarchi sé que en el 2018 tuvo un pésimo momento en el Mundial de Bakú, Azerbaiyán.

¿Recuerdas aquello? Yo estaba en gran forma, tuve una preparación exquisita, me sentía con toda la fuerza para estar nuevamente en el podio. Yo había sido medallista en la anterior cita del orbe y me sentía capaz de ganar la corona.

Sin embargo, las cosas del deporte… ¡caí en mi primer combate en solo 13 segundos ante la inglesa Katie Jemima Yeats-Brown, me sorprendió! Fue un momento terrible, no entendía nada, solo podía llorar y no tenía justificación alguna por lo que había sucedido.

Mis compañeros de equipo permanecían en silencio total y ni siquiera mi entrenador podía hablar. Pensé que era el momento de terminar.

Luego de unos días y con cabeza fría me prometí que no podía terminar el judo así. Tenía que volver y demostrarme a mí misma que todo no había acabado.

Fue así que regresé, competí y la volví a enfrentar pero, lamentablemente para ella, le apliqué una técnica que le provocó una severa lesión que la separó del tatami hasta hoy día. Yo no quería eso, para nada. Pero el judo es rudo.

¡Tremenda anécdota! No sabía las interioridades. Contigo no quiero el menor de los problemas.

Jajajaja. No, para nada.

Un poco de historia no viene mal ¿qué me dices de las Guerreras del general Veitia?

Cuba posee un exitoso caudal en la historia del judo mundial. Por ejemplo, aquel legendario equipo de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 que reunió figuras consagradas por dos cuatrienios, con campeonas y medallistas olímpicas y mundiales en 6 de las 7 divisiones que se disputaban.

Con el profesor Veitia a la cabeza fueron conquistados dos cetros dorados y dos plateados que nos proporcionaron el título olímpico por naciones. Para mí es y será el mejor equipo en la historia del judo femenino cubano.

También ha habido otras, por supuesto, la propia Idalys Ortiz, Yanet Bermoy, Yurisleydis Lupetey pero aquella escuadra es inigualable.

Háblame de la actualidad.

Tengo un gran colectivo de entrenadores dirigido por Yordanis Arencibia, dos veces medallista de bronce olímpico y tengo fe en retomar los entrenamientos, por el momento en la Perla del Sur y luego en nuestra habitual casa del Cerro Pelado.

Seguir adelante, recobrar la forma y paulatinamente “entrar en caja” para lograr mi ansiada presea olímpica. Apúntalo ahí… ¡nos vemos después de Tokio 2021!

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos

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