El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel reconoció que el sistema político del país está “cargado de lastres”, pero matizó sus palabras alabando la “extraordinaria fortaleza de un pueblo experto en resistir”.
En su discurso pronunciado en la clausura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, reseñado por el diario Granma, el dirigente habló acerca del enfrentamiento a la pandemia de coronavirus.
Justo el día en que las autoridades sanitarias confirmaron 39 casos de COVID-19, el mandatario aseguró que el país “ha logrado mantener a raya al virus y bajar a niveles ínfimos su letalidad”, gracias a la labor de los especialistas.
“Hemos confirmado la capacidad de la economía planificada y del sistema de salud del socialismo cubano en el control de los brotes y para brindar asistencia segura a toda la población”, dijo.
“No hay misterio en esa fuerza capacitada y talentosa, que trabaja por un mismo objetivo: es el socialismo. Un socialismo todavía imperfecto y cargado de lastres que debemos ir soltando por el camino, pero esencialmente humano y justo, como no lo ha sido ningún otro sistema en la historia”, añadió.
“No es una casualidad. Es una causalidad. Hay un componente que está en el ADN cubano, en la mezcla magnífica de etnias e historia de resiliencias continuas, de la que emerge esa dulce palabra: cubano”, agregó.
El dirigente arremetió contra el embargo económico norteamericano, al cual le negó cualquier tipo de justificación política, jurídica y moral, acusándolo de afectar la vida de todos los cubanos de un modo u otro.
“El Gobierno norteamericano tiene que afrontar la realidad indiscutible de que el bloqueo daña al pueblo cubano en su conjunto, pero es incapaz de doblegar nuestra capacidad de resistencia”, recalcó.
“Castiga a las familias, a los cubanos residentes en el exterior, viola los derechos humanos, dificulta la comunicación, los viajes, las visas y la reunificación familiar…”, detalló.
Díaz-Canel pidió a los diputados a la Asamblea un aplauso para el pueblo cubano, por la página heroica que está escribiendo al enfrentar la pandemia bajo el “acoso simultáneo” del embargo y lo que llamó “una descomunal campaña de odio, manipulación y desinformación en las redes sociales, financiada desde el exterior”.
“Todos los días una amenaza, todos los días una sanción (…) Eso no es política. Eso es atropello. Eso es un abuso. Eso es sevicia. ¡Eso es vergonzoso e infame! No puede llamarse política el estrangulamiento económico, la persecución financiera, la presión a terceros, la negación a aceptar un modo diferente de hacer las cosas”, señaló.
En medio de la peor crisis económica de los últimos tiempos, que ha sumido a la ciudadanía en un desabastecimiento extremo y una grave escasez de productos de primera necesidad, el gobernante afirmó que “el país crece”.
“Se quedarán nuevamente con las ganas los que se han empeñado en escribir el epitafio de esta Revolución triunfante”, recalcó.
El líder socialista aseguró también que durante este periodo de emergencia sanitaria, Estados Unidos reforzó la persecución a las transacciones financieras de Cuba y acentuó sus esfuerzos para cortarle el acceso a los suministros de combustible.
“Atacó directamente el sector de los viajes, aun antes de que nos viéramos forzados a cerrar las fronteras como medida de protección. Para ello impuso restricciones unilaterales e injustificadas a la transportación aérea entre los dos países y llegó al extremo de instruirles a sus ciudadanos dónde pueden alojarse en Cuba y dónde no”, precisó.
“Hace pocos días anunció nuevas medidas que anulan en la práctica las posibilidades que tienen quienes viven en Estados Unidos de remesar a sus familiares en Cuba por vías legítimas, seguras e institucionales”, recalcó, en referencia al próximo cierre de más de 400 oficinas de la empresa Western Union en la Isla.
En esta sesión de la Asamblea Nacional, con una parte de sus miembros actuando a distancia debido a la epidemia, se aprobaron cuatro leyes.
Para el próximo año, el líder comunista anunció transformaciones en la economía no estatal, facilidades para exportar e importar, así como la implementación de una política de desarrollo territorial, además del ya conocido ordenamiento monetario.
Según explicó, el Gobierno dará “máxima prioridad a la producción y comercialización de alimentos, potenciando el ahorro, fundamentalmente de divisas y portadores energéticos, apostando primero a la producción nacional” y simplificando los procedimientos administrativos.
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