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Katherine Bisquet: "No puede haber fractura, San Isidro somos todos"

En redes sociales, varios de los implicados advirtieron que acusaciones y división entre los activistas sólo ayudan a la causa de la represión.

Katherine Bisquet, durante su huelga de hambre en Damas 955 © Facebook
Katherine Bisquet, durante su huelga de hambre en Damas 955 Foto © Facebook

Este artículo es de hace 3 años

En un intento por superar las críticas suscitadas por su participación en el diálogo con el viceministro de Cultura, la poeta y editora Katherine Bisquet aseguró este sábado que "no puede haber fractura" entre los miembros del Movimiento San Isidro que accedieron a conversar con las autoridades y aquellos que consideran el acuerdo como "una traición".

"San Isidro somos todos, el movimiento, los huelguistas, todos los que estábamos atrincherados en la calle Damas y también todos los que alzamos nuestra voz en el Ministerio de Cultura anoche, y todos los que se nos suman y nos apoyan dentro y fuera de Cuba. San Isidro es un temblor en el cuerpo extenuado del país, una rebeldía que nos salva y nos excede ya a todos. Si lo de anoche, como muchos parecen creer, fue una emboscada, fue una en la que caímos desde el desespero por un país mejor, desde algún tipo de inocencia o ceguera sistémica, pero nunca desde el arribismo o el beneficio individual", aseguró la escritora en Facebook.

"Si los 30 que salimos a la calle a las 2 y media de la madrugada no supimos expresar con claridad cómo San Isidro había estado en el corazón mismo del debate, esa es una culpa cuyo saldo estamos pagando ya ante los ojos de nuestros hermanos, heridos en la incomprensión. Pero nadie puede olvidar que San Isidro somos todos los que estamos dispuestos a luchar por un país donde se respeten los derechos ciudadanos de cada individuo, y donde la represión no encuentre el cuerpo de un solo cubano para expresar su terror", agregó.

"Es necesario que sepan que no hay desunión", concluyó, tras explicar que muchos de los miembros del grupo están sitiados e incomunicados en sus casas, y no ha podido explicarles en detalle lo sucedido.

"Lo que pasó ayer en el Ministerio fue radical también", aseguró.

En redes sociales, varios de los implicados en la manifestación advirtieron que acusaciones y división entre los activistas sólo ayudan a la causa de la represión.

Horas antes, algunos integrantes del grupo que estuvo más de diez días plantado en Damas 955 para exigir la libertad del rapero Denis Solís, e iniciaron una huelga a la cual se sumó Bisquet el sábado, criticaron agriamente las conversaciones en la sede del MINCULT y rechazaron que se hayan tomado acuerdos sin la presencia de Luis Manuel Otero Alcántara y el rapero Maykel "Osorbo" Castillo Pérez.

La profesora Omara Ruiz Urquiola, figura fundamental en el apoyo a los huelguistas, llegó a calificar de "traición" la conversación con el viceministro Fernando Rojas y la comparó con el pacto del Zanjón, la capitulación del Ejército mambí frente a las tropas españolas que puso fin a la Guerra de los Diez Años (1868-1878).

"Todos los que se atrevieron a hacer eso sin pedir primero la presencia de Luisma son unos desleales, son unos cobardes, aprovechados, arribistas. Ahí teníamos que estar los 14 que estábamos allá adentro", dijo con visible molestia en una "directa" desde Facebook.

"Desaprovecharon la oportunidad histórica de ser la voz de 15 millones de cubanos, los de adentro y los de afuera, única y exclusivamente pensando en su beneficio particular", añadió la ex profesora del ISDI.

"No se trata de linchar a todos los que estaban fuera del ministerio; se trata de que entiendan la estrategia del Gobierno de no reconocer a las personas que le están haciendo frente y de violarle cotidianamente los derechos a esas personas", aseguró por su parte la profesora y curadora de arte Anamely Ramos.

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