Un cubano que llevaba más de un año en un centro de detención de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos, salió en libertad y pudo reunirse con su familia en Florida.
Dariel Fonseca Rosabal, de 29 años, llegó el pasado 9 de diciembre a Homestead, en Miami-Dade, donde se reencontró con su esposa Jenny Hernández y conoció a su hijo Thiago, quien nació durante su periodo de encierro.
“Hoy se ha cumplido uno de nuestros sueños de estar junto a mi TATO, al fin, tanta espera valió la pena, pero al final los tres volvemos a estar juntos. Bienvenido mi TaTO, MI AMOR a los Estados Unidos de América”, expresó Jenny en su muro de Facebook.
“Y no podría faltar darles las graciasssss a todas aquellas personas que nos han apoyado y todavía lo siguen haciendo, y también a todos lo que compartieron mi publicación”, añadió.
El caso de esta familia fue dado a conocer por CiberCuba en noviembre, cuando Jenny pidió ayuda a esta redacción. La joven de 25 años relató entonces que el 7 de octubre de 2019 ella –embarazada de tres meses– y su esposo, solicitaron asilo político ante las autoridades fronterizas de Tucson, en el estado de Arizona.
Mientras a ella le otorgaron un parole por seis meses para que esperara el nacimiento de su bebé, a él lo enviaron a un centro correccional denominado La Palma, de donde no volvió a salir hasta ahora.
Este sábado, en declaraciones exclusivas para esta redacción, Jenny reveló que Dariel quedó en libertad gracias a un parole que le otorgaron.
“Le dijeron que se lo daban por obesidad, solo eso, ellos no te dicen nada más. Nosotros no preguntamos, pero yo estoy segura que se lo dieron porque la noticia de su caso salió publicada”, dijo.
“La nota de CiberCuba salió el 16 de noviembre y el lunes 7 un agente de ICE le dijo que se iba. Al otro día lo soltaron y el 9 llegó a Miami”, añadió.
El joven tiene puesto un localizador en el pie que le impide salir de Florida.
Ahora su objetivo primordial es regularizar su situación. Por ello, en enero solicitará un permiso de residencia y de trabajo. La idea, según su esposa, es poder acogerse a la Ley de Ajuste Cubano, pero para ello debe lograr que le admitan los casi 14 meses que permaneció detenido.
Otra de las prioridades del matrimonio es la atención del pequeño Thiago, quien nació con un soplo en el corazón y una malformación genética, una especie de sexto dedo en sus manos, que requirió una operación de urgencia.
Según explicó Jenny, esa intervención salió bien. Por otra parte, los médicos le pusieron lo que ella describió como un “casquito” en la cabeza, para corregir otro problema congénito: el de tener la cabeza “un poco plana”.
Aunque la ley estadounidense establece que transcurridos seis meses de un proceso de deportación, los detenidos deben ser puestos en libertad para esperar su deportación, en la práctica son muchos los emigrantes que pasan mucho más tiempo en los centros de ICE, como sucedió con Dariel Fonseca Rosabal y con numerosos cubanos que no han tenido su suerte.
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