El pintor y crítico Aldo Menéndez, una de las figuras esenciales del arte cubano de las últimas cuatro décadas, falleció este jueves en Miami a los 72 años.
Menéndez (Cienfuegos, 1948), está considerado uno de los renovadores de las artes visuales en la isla durante década de 1970. Su obra pictórica ha sido expuesta en Hispanoamérica, Europa y Estados Unidos y forma parte de importantes colecciones de todo el mundo, como el Museum of Latin American Art de California y la Casa de América de Madrid.
Entre 1961 y 1964, a través de una beca del Museo Albertina de Viena, Menéndez consolidó su formación pictórica y crítica. Se trasladó luego a La Habana e ingresó en la Escuela Nacional de Arte (ENA), donde entró en contacto con artistas fundamentales para su obra, como Fayad Jamis (1930-1988), el chileno Roberto Matta (1911-2002) y Servando Cabrera (1923-1981), a quien Menéndez definió como "mi mejor maestro y mentor intelectual”.
Considerado como uno de los renovadores de las artes visuales de Cuba en la década de 1970, Menéndez comenzó su carrera incorporando el hiperrealismo al panorama de la pintura post-revolucionaria. Más tarde incluyó en su obra elementos de la abstracción gestual, el pop y el conceptualismo para explorar el lado alegórico, lúdico e irónico del mundo. Fue también uno de los fundadores del performance en la isla.
A principio de la década de 1980 fue director de promoción del Fondo Cubano de Bienes Culturales y luego subdirector general de dicha institución, donde fundó el taller de serigrafía "René Portocarrero". Desde ahí desarrolló una intensísima labor como promotor del arte contemporáneo cubano, con énfasis particular en las nuevas generaciones que se dieron a conocer en la década de los 80.
Complementó esa labor institucional con la crítica de arte desde la revista Revolución y Cultura, y la organización de grandes exposiciones de arte contemporáneo cubano en Europa y América Latina.
En esos años también organizó eventos memorables en la isla, como el Congreso Internacional de Artes Gráficas en La Habana, que propició la visita y colaboración de grandes artistas como Robert Rauschenberg, Julio Le Parc y Rafael Canogar.
En 1987 recibió la Orden Nacional de la Cultura Cubana.
Luego del fracaso institucional de la llamada "Generación de los 80", provocado por la censura de varias muestras polémicas, Menéndez se mudó en 1991 a Madrid hasta que en 1994 emigró a Miami.
En 2019, el Kendall Art Center de Miami realizó una retrospectiva de su obra, "Aldo Menéndez. Retratos en chino (1999-2019)", en la que destaca, según los organizadores, su "acento de poética figurativa" en la reinterpretación del "collage" modernista con un estilo "elegante y culto, aristocrático y canalla" a la vez.
También deja inéditos varios libros sobre los avatares del arte contemporáneo cubano, tanto dentro de la isla como del exilio. Su obra más reciente, Aldo Menéndez (2017), suerte de autobiografía intelectual, es una referencia de su capacidad crítica y su estilo literario.
Desde aquí enviamos un sentido pésame a su viuda, la artista Ivonne Ferrer; a sus hijos, el también artista Aldito Menéndez, y Adrián, y a todos sus amigos que han recordado en las redes sociales el talento y la generosidad del difunto. Descanse en paz.
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