La capital de Estados Unidos muestra este martes calles vacías, mientras que tropas militares, policías y medios de comunicación ocupan varias áreas a la espera de la investidura oficial de Joe Biden como el presidente número 46 del país.
El amplio despliegue de seguridad responde al asalto al Capitolio el 6 de enero, cuando una multitud de manifestantes seguidores de Donald Trump irrumpieron en el edificio, en un intento por sabotear la certificación de los resultados electorales a favor de Biden.
Actualmente, la ciudad luce militarizada mientras restan horas para que el ex vicepresidente demócrata asuma el mandato. Efectivos de la Guardia Nacional y el Servicio Secreto, camiones del ejército, muros y vallas metálicas cierran el paso a una amplia zona restringida.
Un reporte de Telemundo indicó que a cinco cuadras de la Casa Blanca se avistan los bloqueos en las calles por la Guardia Nacional. “Es un perímetro de seguridad mucho más grande que el de otras inauguraciones”, aseguró el periodista Julio Vaqueiro.
Algunos establecimientos tienen sus vidrieras protegidas por tablas, previendo que puedan ocurrir hechos violentos.
Se calcula que aproximadamente 25 000 efectivos de la Guardia Nacional fueron desplegados por la ciudad. La actividad del transporte público ha sido reducida, con algunas estaciones del Metro completamente cerradas.
Por otra parte, las autoridades de Defensa de Estados Unidos están preocupadas por un ataque interno u otra amenaza de parte de los militares involucrados en la seguridad de Biden durante la toma de posesión.
Según la agencia AP, los recelos llevaron al FBI a examinar a todos los soldados de la Guardia Nacional que ingresaron a Washington para el acto.
El secretario del Ejército, Ryan McCarthy, dijo el domingo que las autoridades están conscientes de la posible amenaza y advirtió a los comandantes para que estén alertas ante cualquier problema al interior de sus filas.
No obstante, McCarthy y otros altos funcionarios aseguraron que no habían visto asomo de amenaza alguna, y las autoridades señalaron que en la investigación tampoco ha aflorado alguna situación irregular.
”Continuamente estamos revisando el proceso, y echando un segundo y tercer vistazo a cada uno de los individuos asignados a este operativo”, indicó McCarthy en una entrevista.
Días atrás, en una escena inusitada, decenas de efectivos pernoctaron en el suelo y los pasillos del Capitolio, cuando se hacía la votación para un segundo juicio político contra Trump, acusado de incitar los violentos episodios en Washington que ocasionaron la muerte de cinco personas.
Un cuadro semejante no se observaba desde los tiempos de la Guerra Civil, en 1862. “Ha habido otros casos de soldados asignados para proteger el Capitolio, pero la Guerra Civil es la única vez que sabemos que se alojaron allí”, dijo Samuel Holliday, director de operaciones y becas de la Sociedad Histórica del Capitolio de EE.UU.
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