Helend Diéguez, pareja del cubano Diosmani Ramos Laurencio, que murió tras ser baleado por un agente de la Patrulla Fronteriza de EE.UU., se queja de que no le quieren decir nada sobre lo que va a pasar con el cadáver y teme que no le permitan verlo.
La joven ha explicado -en declaraciones a Radio Televisión Martí- que sabe que los restos mortales de su pareja están en una morgue en la ciudad de Hidalgo, en el estado de Texas, pero no puede darle el último adiós.
Al no estar casados, Diéguez no tiene cómo reclamar el cadáver ni cómo demostrar a las autoridades vínculo familiar alguno con el fallecido.
“No puedo creer que lo lleven para Cuba y me lo entierren y no pueda despedirme de él”, dijo la joven al citado medio desde Houston, Texas.
Helen fue pareja del fallecido durante más de un año y califica de “injusto” lo que están haciendo las autoridades, pues asegura que ella es el único familiar del occiso en Estados Unidos.
Desde Cuba, la madre del fallecido, Yanelis Laurencio López, pide justicia y que el cadáver sea repatriado.
Helend Diéguez y Diosmani Laurencio salieron de Cuba en enero del 2020 en "una travesía marítima clandestina rumbo a Cancún y después se trasladaron a la localidad fronteriza de Reynosa, en el estado de Tamaulipas", donde se entregaron a las autoridades norteamericanas.
Él fue enviado de regreso a México y ella permaneció tres meses retenida en un centro para extranjeros sin papeles, de donde salió en libertad bajo fianza unos pocos días antes de la muerte de su pareja.
Por el momento, no se sabe qué pasará ni cuánto tiempo tomará confirmar si los restos mortales del joven serán cremados y repatriados. Natural de la Isla de la Juventud, Diosmani Ramos tiene en Cuba un niño de dos años de una relación anterior.
En el proceso de repatriación debe intervenir la Embajada de Cuba en Washington y tiene un costo que ronda entre los 5 mil y 7 mil dólares. La actual crisis sanitaria derivada de la pandemia de coronavirus podría retrasar el trámite.
En anteriores declaraciones a Univisión, Diéguez calificó de “asesinato” lo sucedido con su pareja y reclamó justicia. "Si lo que querían era agarrarlo, había muchas formas de hacerlo y no disparándole seis veces en el pecho. Por eso creemos que fue un asesinato”, dijo.
A partir del testimonio de testigos presenciales de la escena, Diéguez reveló que cuando Ramos, de 23 años, llegó a la orilla norteamericana del Río Bravo, el oficial lo estaba apuntando con una pistola. El joven cogió una piedra, el agente le dijo que la soltara, no lo hizo y recibió un primer disparo al pecho. Como reiteró la orden y Ramos no soltó la piedra, el oficial de la Patrulla Fronteriza efectuó los otros cinco disparos.
Los hechos ocurrieron el 29 de enero, cerca del Puente Internacional de Hidalgo, en Texas, cuando Ramos Laurencio intentó cruzar ilegalmente junto a otros cuatro cubanos por la zona del Río Bravo que limita con Reynosa, en México.
El incidente se encuentra bajo investigación por parte de la Oficina de Responsabilidad Profesional de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), el Departamento de Seguridad Nacional y el Buró Federal de Investigaciones (FBI), quienes deben determinar si el agente fronterizo violó los derechos de los migrantes y si hubo uso excesivo de fuerza.
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