Un misterioso comprador ruso adquirió una lujosa mansión en Palm Beach por 140 millones de dólares en efectivo, lo que la convertiría en la casa más cara que se ha vendido en Florida, según revela Page Six.
La casa, de 21.000 pies cuadrados, es de nueva construcción y está localizada en un terreno que fue propiedad del expresidente Donald Trump, quien lo vendió en 2008 por 95 millones de dólares al multimillonario ruso, Dmitry Rybolovlev. Posteriormente, la propiedad se dividió en tres lotes, uno de los cuales fue adquirido en 2017 por Mark Pulte, quien construyó la casa que se vende ahora.
La propiedad de Palm Beach fue diseñada por el arquitecto William M. Boyle -de Boyle Architecture- y estuvo en el mercado brevemente, después de haber cotizado por $ 140 millones hace unas semanas. El comprador misterioso adquirió la casa apenas 24 horas después de que la visitara, según revela la misma fuente.
La casa es de estilo contemporáneo, con ventanas de piso a techo y una mezcla de suelos de madera noble y piedra pulida. Tiene nueve habitaciones, enormes espacios de entretenimiento, un bar, una sala de juegos, una bodega y un salón de belleza.
En el terreno hay, además, una sala de cine al aire libre y una enorme piscina con tumbonas parcialmente sumergidas.
En el trámite de adquisición del inmueble, el comprador estuvo representado por el corredor de celebridades, Ryan Serhant, quien también vendió recientemente el condominio más caro de Florida, un penthouse de $ 33 millones en el lujoso edificio Arte Surfside, en Miami, donde Ivanka Trump y Jared Kushner están alquilados actualmente.
Ubicada en uno de los enclaves más ricos de una comunidad especialmente adinerada, la casa es adyacente a una mansión del empresario multimillonario, Nelson Peltz.
El vendedor del inmueble ha sido una compañía de responsabilidad limitada controlada por el constructor de viviendas de Florida, Mark Pulte.
El precio de la propiedad está apenas por debajo del récord de Estados Unidos para una casa unifamiliar: los $ 165 millones pagados en 2020 por el presidente ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, por una propiedad en Los Ángeles.
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