La prensa oficialista cubana expuso que varios dirigentes cubanos no contestan las llamadas de la población a sus celulares estatales, a pesar de que el pago por el servicio de telefonía no sale de sus bolsillos personales.
El periódico Trabajadores destacó el viernes que tales dispositivos, conocidos popularmente como “petroleros”, podían servir para que los funcionarios estuvieran al tanto de las inquietudes de la ciudadanía. En ese sentido, los medios de comunicación de algunas provincias publicaron los números de los dirigentes.
No obstante, según el semanario, a veces hay “quienes no responden, o solo lo hacen con teléfonos cuyos contactos conocen, o mantienen el móvil apagado más allá de lo que la lógica laboral indicaría como indispensable”.
“Igual pasa con la elemental cortesía de responder mensajes por cualquiera de las vías de mensajería, al menos para hacer notar que se recibió la inquietud o solicitud, y dar la debida respuesta”, señala.
El referido medio apunta que, por el contrario, ha habido experiencias positivas comunicativas en algunas localidades como el municipio La Lisa, en La Habana. La nota finaliza diciendo que “lo importante es que exista conciencia de que esos teléfonos son para comunicarse con la gente y contribuir a solucionar necesidades sociales y de las entidades donde se labora. O sea, que el celular petrolero es para eso: para responder”.
“En San miguel del Padrón los Dirigentes del Poder Popular Brillan por su ausencia!!, Qué van a poner a disposición de la población el número de «sus» petroleros???!!!”, comenta una usuaria al pie de la nota. “Y no solo pasa con el teléfono, también con las cartas entregadas en la atención al pueblo en el Ministerio de Salud Pública, como en el Consejo de Estado”, escribe otra.
Un presunto dirigente con teléfono corporativo esgrimió, en las casillas de comentarios, que no siempre los funcionarios podían estar al tanto de las llamadas, pues, en su caso personal, a menudo se encontraba en reuniones y en algunas de ellas se les prohibía usar el teléfono móvil.
“En reuniones en provincia debemos incluso dejarlo fuera de los locales de reuniones. Lamentablemente, no todas las personas hacen un uso correcto de esos medios, pues llaman para saber otro número telefónico que nada tiene que ver con nuestro trabajo, o en los casos más extremos que se han sucedido, han llamado para ofender, denigrar o culpar de problemas de los cuales no tenemos a veces el más mínimo conocimiento. Otro fenómeno es la costumbre generalizada de marcar con recargo al destinatario (*99)”, explicó.
“Los teléfonos son corporativos pero su saldo es limitado y tenemos la responsabilidad de administrarlo bien para que alcance para el trabajo de todo el mes”, añadió.
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