No quiero que se publique mi identidad pues tengo familia en Cuba, y como es lógico temo a las represalias del gobierno en contra de ellos. Quería denunciar que la semana pasada llevaron a mi hermana al Hospital Provincial de Guantánamo con un sangramiento rectal, y la mandaron para la casa porque en todo el hospital no había guantes para examinarla.
Le dijeron que fuera al día siguiente para ser valorada por un proctólogo. Entonces, les dije a mis sobrinos que trataran de resolver guantes con cualquier vecino o conocido, porque al día siguiente le iban a decir lo mismo.
En efecto, cuando fueron el lunes a que la vieran nuevamente, aún con el sangrado, la proctóloga que la atendió con muy buenas ganas de ayudar les dijo que no había guantes. Mis sobrinos, ya alertados con mi aviso, habían llevado un par de guantes, y así fue como pudo ser examinada mi hermana.
¿Cómo es posible que en un hospital provincial docente no haya guantes para atender a los pacientes que llegan a urgencias?
Soy una más de los miles de profesionales que por decidir ser libres, trabajar para mí, y poder ayudar a mi familia soy llamada desertora y penalizada por el gobierno. Por 8 años no puedo entrar a mi país ni ver a mi familia, y siempre vivo con el miedo de no verlos jamás; pues con tanta escasez de alimentos, medicamentos y recursos en general mis familiares están seriamente enfermos, algunos fallecieron y los que quedan tienen muy poca o ninguna atención médica.
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