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Balseros cubanos cuentan cómo vieron morir en el mar a sus compañeros de travesía tras naufragio

El impactante testimonio de tres sobrevivientes fue publicado en el portal oficialista Cubadebate.

ocurrió el 5 de julio de 2021, a 26 millas de Cayo Hueso © @USCGSoutheast/Twitter.
ocurrió el 5 de julio de 2021, a 26 millas de Cayo Hueso Foto © @USCGSoutheast/Twitter.

Este artículo es de hace 2 años

Tres balseros cubanos que sobrevivieron al naufragio de sus respectivas embarcaciones en alta mar tratando de llegar a EE.UU. han ofrecido sus testimonios al portal oficialista Cubadebate.

El reportaje recoge detalles de tres sobrevivientes, incluido uno de los que iba en la embarcación que salió el pasado 5 de julio y naufragó en medio de la tormenta Elsa.

La rústica embarcación zozobró a 26 millas de Cayo Hueso, Estados Unidos, y nueve cubanos murieron. Solo 13 lograron sobrevivir al naufragio.

"Yaikel, Yaritza y Marlin salieron de Cuba el lunes 5 de julio de 2021 a las 10:20 de la mañana. No pensaron que la tormenta tropical Elsa los alcanzaría. Zarparon por el Este de La Habana junto a otras 19 personas y el tiempo estaba en aparente calma. Si se miraba al cielo, azulísimo y con sol, cualquiera hubiera negado que el fenómeno meteorológico estaba muy próximo al sur de Matanzas", cuenta el reportaje.

"Nosotros supusimos que los guardafronteras no iban a estar tan atentos porque aquí en Cuba todo giraba alrededor de la tormenta. Realmente creímos que nos daría tiempo llegar a Estados Unidos. Una vez allí yo podría ayudar económicamente a mi mamá que tiene 65 años y aún trabaja. Quiero también tener hijos, y en Cuba se me hace muy difícil por la situación económica. Hay ciertos momentos en que la desesperación te lleva a dar ese paso, pero después de esto, si yo para ir a Estados Unidos tengo que ir en lancha, no voy. De esa manera no." dice Marlin Leliebre Tiezco, de 34 años.

"Recuerdo que en el trayecto nos encontramos a los guardafronteras. Nos hicieron señas de que no siguiéramos, que regresáramos porque la embarcación se iba a virar y peligraban nuestras vidas. Ellos tenían seguridad de que eso podía suceder, pero nos resistimos. Yo me quedé callada, pero ninguno quiso retornar. Entonces, los oficiales nos tiraron unos diez salvavidas y nosotros llevábamos tres más", prosigue.

"Seguimos adelante y ya en la noche se viró la embarcación y se desató el infierno. Yo quedé debajo del bote y allí permanecí para salvarme entre el agua y el borde del barco porque no sé nadar. Mi novio se sumergió y me ayudó a salir. Hubo una persona que se enredó con una lona azul que llevábamos, y no salió. Nos subimos encima de la embarcación. Yo tenía uno de los salvavidas que nos dieron los guardafronteras cubanos, y mi pareja se aguantaba con una mano del bote y con la otra me agarraba por el chaleco para que las olas no me llevaran. Estábamos solos, unos al lado del otro y no nos veíamos las caras. La oscuridad era horrible y las olas inmensas venían de todas partes. La lluvia te ardía la cara", cuenta el sobreviviente.

Cuando el barco se empezó a hundir las personas se iban dispersando. ¡Muchos no sabíamos nadar! Miré alrededor mío y no escuchaba una voz. Estábamos solos mi novio, una amistad mía y yo. Creíamos que no había sobrevivido nadie más a aquella tragedia. Por la madrugada, la muchacha empezó a perder la razón, y murió dos horas antes de que el barco de guardacostas norteamericano nos recogiera. Fueron alrededor de 22 horas en el agua, luchando para no morir", contó

En la noche del viernes 9 de julio, el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos suspendió las labores de búsqueda de los nueve cubanos desaparecidos tras el naufragio. En la mañana siguiente, ocho de los 13 sobrevivientes fueron devueltos a Cuba.

Otro de los testimonios recogidos es el de Yaikel Darias Tabares (27 años), que cuenta cómo estuvo cinco días perdido en el mar sin rumbo, hasta que los encontraron llegando a México. O sea, yo tenía conocimiento.

"De pronto, las olas comenzaron a crecer, alcanzaban tres y cuatro metros. Ya después de las diez de la noche eran olas inmensamente grandes. Llegó el momento en que no pudimos esquivarlas. Nos cogió una por el lado y fue cuando nos viró la embarcación. Hubo personas que nunca lograron aguantarse, otras perdieron las fuerzas y cuando intentabas sacarlos a flote, te empujaban hacia abajo", narró.

"Todos nos fuimos separando por grupos. Tú te hundías de pronto, levantabas la cabeza y faltaban dos gentes. Te volvías a hundir y faltaban dos más. Al rato intentabas mirar para el lado y sucedía lo mismo. Lo único que veías eran sombras. Así fue toda la noche, intentando salvarnos… Amaneció y todavía había mucho oleaje. De mi grupo quedábamos seis: tres de ellos después se ahogaron y quedamos una mujer, un muchacho y yo. A nado, llegamos casi a tierra. Nuestra embarcación se viró a unas 70 millas de Cuba, todo lo demás fue nadando y suerte que el ciclón nos empujaba", prosigue el testimonio.

"Cuando los guardacostas americanos llegaron hasta donde estábamos, algunos teníamos hipotermia. Me subieron al barco de ellos y no podía caminar ni moverme, por eso me cargaron. Ya no podía hacer nada. Es como si en ese momento yo me hubiese paralizado", concluye.

Cubadebate también entrevistó a Yaritza Méndez Ramírez (34 años), cuyo hermano falleció en un naufragio.

"La embarcación era hecha de una pipa, con unos tanques por los lados. Era rústica, pero parecía segura. Tenía unos siete metros de largo. Llevábamos agua, comida, medicina, de todo llevábamos. Yo iba con mi hermano. Algunos nos conocíamos, otros no. Cuando comenzó la odisea, nos quedamos a la deriva sin nada de qué aguantarnos. Éramos cinco con dos salvavidas. Estuvimos la noche entera tratando de sobrevivir. Yo no me quité el chaleco en ningún momento, pero mi hermano no tenía y se sostenía de mí. Él estaba muy débil y con mucho frío. No pasaron 20 minutos y me dijo que ya él no resistía más… Le dio una hipotermia. Lo mató el frío. Mi hermano falleció en mis brazos", cuenta.

El hermano de Yaritza tenía 37 años y vivía en la casa contigua a la de ella en un barrio de Guanabacoa, con la esposa y el niño. Yaritza habla y se le hace un nudo adentro del pecho mientras reconstruye el naufragio. Traga en seco. Con fuerza maternal dice: “Tengo un varón de seis y una hembra de 14 años. Yo solo pensaba en ellos, que quería volver a verlos, por eso no me di por vencida”.

“Esto sucedió de momento, pensamos que nos saldría bien y sería más rápido”, conclye Yaritza.

En lo que va de 2021, se han producido un total de 37 operaciones de devolución de cubanos, de ellas, una de Islas Caimán, tres de México, tres de Bahamas y 30 de Estados Unidos. Según las autoridades cubanas, 475 connacionales han retornado a la Isla por la vía marítima en este período y 288 lo han hecho por la vía aérea, para un total de 763.

En los últimos meses, las autoridades norteamericanas han advertido en numerosas ocasiones a los cubanos que no se arriesguen en travesía por mar porque serán devueltos a la isla.

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