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Muere por coronavirus padre de alcaldesa de Miami-Dade Daniella Levine Cava

Atendido en una residencia para ancianos de Kendall, todo indica que Levine se contagió de coronavirus a partir de un empleado que resultó positivo sin síntomas, y que estaba completamente vacunado, al igual que el anciano.

Paul Levine y la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava © Condado MiamiI-Dade
Paul Levine y la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava Foto © Condado MiamiI-Dade

Este artículo es de hace 2 años

El padre de la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, falleció este jueves a los 87 años debido a complicaciones relacionadas con el coronavirus, a pesar de haber recibido la pauta completa de vacunación.

“Esto no hace más que dejar en claro lo peligrosa que es esta nueva variante del virus cuando la persona es vulnerable”, manifestó la alcaldesa. “Somos otra familia afectada por el COVID”, dijo Levine Cava, quien también se contagió de coronavirus en el otoño del 2020.

Paul Levine, viudo después de 44 años de matrimonio, era un pensionista retirado de sus funciones de ejecutivo en la industria del papel, al que se le podía ver en ocasiones acompañando a su hija en actos oficiales, como sus visitas al Marlins Park, el estadio de los Miami Marlins, el equipo de béisbol local, un deporte al que era muy aficionado, siendo fan de los Dodgers primero y luego de los Mets.

Graduado de Harvard y con estudios superiores en la escuela Tufts en Asuntos Globales, Levine trabajó como ejecutivo de empresas productoras de papel, según reseñó El Nuevo Herald. Por razones de trabajo, Levine viajó mucho por el mundo, encargándose de la construcción y la administración de molinos en América Latina, y otros países.

“Viajaba seis meses al año. Y quería compartir esa experiencia con nosotros”, dijo Levine Cava de su padre, quien fue miembro del Explorers Club por sus constantes viajes. La alcaldesa y sus cuatro hermanos vivieron por cortos períodos de tiempo en Brasil, Chile y Canadá, debido a los compromisos de trabajo de su padre.

Atendido en una residencia para ancianos de Kendall, todo indica que Levine se contagió de un empleado positivo sin síntomas. Según declaró la alcaldesa, el personal de la residencia estaba completamente vacunado y usaba mascarillas, algo a lo que se negó rotundamente su padre.

“Mi padre no era muy disciplinado con el uso de la mascarilla. Era un hombre muy testarudo”, dijo Levine Cava. “Todo el mundo alrededor de él usaba siempre mascarillas”. Sin embargo, el coronavirus, en su danza macabra de mutaciones y variantes, hizo presa en su organismo a pesar de los protocolos adoptados por las autoridades para evitar la propagación.

“Lo veíamos a través del cristal de su habitación. No se nos permitía entrar”, expresó la alcaldesa. El mismo día del fallecimiento de su padre, este 2 de septiembre, la Comisión del Condado Miami-Dade aprobaba una resolución pidiendo a la alcaldesa que creara nuevas reglas con los hospitales para permitir la visita de familiares de pacientes gravemente enfermos de COVID.

Ingresado en el hospital Baptist sin que la familia sospechara su contagio, Levine no estuvo consciente de su entorno durante el tiempo que permaneció en esa institución, donde finalmente falleció a causa de complicaciones derivadas del coronavirus. La alcaldesa y sus familiares tuvieron que resignarse a verlo partir sin estar a su lado, acompañando el momento desde detrás de un cristal.

Hijo de maestros, Levine nació el 15 de abril de 1934 y creció en Brooklyn. En sus últimos años de vida padeció demencia senil, pero disfrutó de la compañía de su hija en Miami, ciudad a la que llegó antes de que esta conquistase la alcaldía. Asistir a los partidos de béisbol y estar rodeado en muchas ocasiones por su hija y su equipo de trabajo, le hacían ver muy feliz, según relató Christian Ulvert, principal consultante de la aspirante a alcaldesa durante las elecciones.

El ajedrez y el montañismo se contaban entre los pasatiempos de Levine. Según reseñó El Nuevo Herald, su hija Simone recuerda que, luego de largas y vigorosas caminatas, si alguien se quejaba, su padre le animaba diciendo que “en la cima de la montaña había una heladería esperando por los escaladores”.

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