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Crisis de Evergrande, el gigante inmobiliario chino, podría arrastrar bolsas mundiales

Se trata de la inmobiliaria más endeudada del mundo, con pendientes financieros que suman 300 mil millones de dólares.

Sede de Evergrande en Londres © Twitter/MarketAnalytics
Sede de Evergrande en Londres Foto © Twitter/MarketAnalytics

Este artículo es de hace 2 años

Las acciones de la atribulada inmobiliaria china Evergrande se han hundido de nuevo este lunes a medida que los inversores sopesan si los enormes problemas de deuda del grupo podrían desencadenar una venta masiva en todos los mercados financieros.

Las acciones de la segunda empresa inmobiliaria de China cerraron un 10,2% a la baja en Hong Kong este lunes, una ligera recuperación después de haber caído un 19% en la sesión anterior, alcanzando su mínimo en 11 años.

La empresa, que debe 300 mil millones de dólares a contratistas, inversores y compradores de viviendas, arrastró el índice Hang Seng a un punto que algunos analistas ya consideran "el momento Lehman Brothers en China". La crisis de Evergrande podría ser la prueba más importante a la que se ha enfrentado el sistema financiero de China en muchos años.

Está por ver si el gobierno que preside Xi Jinping intervendrá y rescatará a Evergrande para asegurarse de que las consecuencias del fracaso de un gigante inmobiliario no se extiendan a todo el sector y otras áreas de la economía china.

Algunos analistas creen que tratará de salvar parte de la inmobiliaria con una “jerarquía politizada” de acreedores encabezada por los pequeños inversionistas y compradores de vivienda que marcharon hasta las oficinas de Evergrande esta semana para exigir la devolución de su dinero. Tal protesta pública es rara en China y Beijing no puede arriesgarse a que se convierta en una narrativa sobre las élites que se enriquecen a expensas de la gente común.

Otros economistas y observadores del mercado opinan que es improbable un rescate directo y total por parte del gobierno.

La semana pasada, las autoridades chinas pidieron a los principales prestamistas de Evergrande que ampliaran los pagos de intereses o renovaran los préstamos. El Banco Popular de China, el banco central y el organismo de control bancario del país convocaron a los ejecutivos de Evergrande en agosto para advertirles que debían reducir los riesgos de su deuda y priorizar la estabilidad.

Nada de eso ha sucedido, y ahora la negociación de los bonos de la empresa pone de manifiesto el drástico deterioro de las expectativas de los inversores.

Otros grandes accionistas de Hong Kong, como New World Development y Henderson Land, también registraron caídas de dos cifras en sus precios este lunes en medio de la expectativa generalizada de que Evergrande incumplirá algunos de los sus reembolsos esta semana.

Se teme que tal medida pueda causar un posible efecto caótico en cadena en toda la economía china y más allá.

Evergrande tiene que pagar el jueves 83,5 millones de dólares en intereses relacionados con su bono a marzo de 2022, y el 29 de septiembre debe abonar otros 47,5 millones de dólares por papeles a marzo de 2024. Ambos bonos entrarían en mora si la inmobiliaria no paga los intereses en los 30 días siguientes a las fechas previstas.

El factor de contagio fue más visible en Australia, donde el índice de referencia ASX200 cerró con una caída del 2,1% el lunes por la tarde.

Los mercados bursátiles europeos también cayeron este lunes por la mañana, con el índice FTSE 100 cayendo un 1,75%, o 120 puntos, a 6842, un mínimo de dos meses, y las acciones mineras se vieron muy afectadas.

Wall Street también sufrió bajadas. El índice industrial Dow Jones cayó 1,8%, el indicador ampliado S&P 500 bajó 1,7% mientras que el tecnológico Nasdaq se desmoronó 2,2%, de acuerdo con datos del New York Stock Exchange (NYSE).

Son horas bajas para Evergrande, pero no fue siempre así. El nombre internacional del grupo, una combinación del inglés (ever, “siempre”) y del español, representa una ambiciosa declaración de principios. Su fundador, Xu Jiayin, es el quinto hombre más rico de China, con una fortuna valorada el año pasado en unos 33.000 millones de dólares. Con sede en Shenzhen, el grupo está presente en 280 ciudades chinas y da empleo directo a 200.000 trabajadores. Los puestos de otros 3,8 millones de personas dependen de la compañía de manera indirecta.

A este auge ha contribuido el alza desorbitada de los precios de la vivienda que ha vivido China a lo largo de este siglo, y que ha hecho del mercado inmobiliario de las grandes ciudades uno de los menos asequibles del mundo con respecto al nivel de ingresos medio de los habitantes.

Aún hoy, el mercado inmobiliario y de la construcción representa el 17% del PIB chino, si se incluye la venta de muebles y electrodomésticos. También es una importante fuente de ingresos para los gobiernos locales, que obtienen el 44% de sus ingresos de la venta de terrenos y tasas correspondientes.

Sin embargo, por lo visto en economía nada es "grande" para "siempre". El creciente miedo a un default ha hecho que los inversores, preocupados por su posible impacto en el resto de la economía, se estén deshaciendo de acciones de inmobiliarias chinas y busquen refugio en otros activos.

En una señal de la aversión al riesgo que se extiende por los mercados, las acciones mundiales cayeron y el dólar se fortaleció, ya que los inversores se preocuparon por el riesgo de contagio a la economía mundial.

El yuan también se vio presionado el lunes, al caer a 6,4831 por dólar en el comercio exterior.

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