La selección cubana de béisbol quebró el invicto de Taipei de China en el Campeonato Mundial Sub-23 e hizo la cruz en el casillero de victorias, al imponerse dos carreras por una en desafío celebrado en la ciudad mexicana de Obregón.
Los insulares estuvieron perdiendo hasta el quinto episodio del encuentro pactado a siete innings, pero entonces celebraron un cuadrangular del designado y octavo bate Yuddiel González con un compañero en el camino y par de outs en la pizarra.
Dicho sea de paso, el avileño ya había sido uno de los mejores bateadores del último campeonato cubano, con promedio de 365 y 35 carreras impulsadas.
Las serpentinas del bando cubano corrieron a cargo del abridor Jonathan Carbó y el relevista Naykel Cruz, a la postre ganador del desafío.
La tropa dirigida por Eriel Sánchez había cedido en su debut de la víspera frente a la novena de casa (5x0), en tanto los asiáticos llevaban triunfos a costa de Alemania (7x0) y República Checa (4x1).
Mañana los nacionales se las verán en el mismo escenario contra el plantel germano.
El sistema competitivo del certamen, que finalizará el 2 de octubre, dispone que los tres primeros lugares de cada apartado avanzarán a la súper ronda que definirá los candidatos a medallas. Los restantes integrantes de la llave de Cuba son República Dominicana y República Checa.
Antes de saltar al diamante, la tropa cubana ya había perdido a tres de sus integrantes (los lanzadores Luis Danys Morales y Ubert Mejías y el catcher Loidel Rodríguez), los cuales pusieron en entredicho las declaraciones del mentor Eriel Sánchez en torno a que la plantilla había sido conformada atendiendo a un extraño parámetro que él denominó "patriotismo".
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