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Agente de un pelotero cubano que abandonó el equipo en México niega asedio y culpa al régimen

“Ellos son los que le dan la oportunidad al pelotero de decir 'hasta aquí'", indicó el agente Carlos Pérez

El lanzador Dariel Fernández (i) y El agente de peloteros Carlos Pérez (d) © Collage YouTube/screenshot-America Tevé
El lanzador Dariel Fernández (i) y El agente de peloteros Carlos Pérez (d) Foto © Collage YouTube/screenshot-America Tevé

Este artículo es de hace 2 años

Carlos Pérez, agente de peloteros en Miami, niega que él y otros que ejercen ese oficio asedien a los jugadores de la isla, y señala que la culpa es del gobierno cubano, que les da los motivos y la oportunidad a los deportistas para decir “hasta aquí”.

“El mayor culpable no son ni los agentes ni los equipos, son ellos mismos [el gobierno] porque nosotros, los agentes, no nos sabemos los teléfonos de ningún pelotero. Son los peloteros los que nos contactan porque hay internet y la información circula”, dijo Pérez en declaraciones a America Noticias, en las que confirmó que representa al lanzador Dariel Fernández, uno de los 12 jóvenes que abandonó el equipo Cuba Sub-23 en México.

“Existe internet, los peloteros conocen quién funciona más o menos en cada lugar y después ellos van contactando mediante amigos o familiares, pero ningún agente está puesto para buscar a nadie”, reiteró. Argumentó, además, que “en una delegación cubana nadie habla con nadie y nadie tiene la idea de lo que va a pasar”.

Pérez, que ya representaba a los lanzadores Andy Rodríguez y Lázaro Blanco, ambos fugados del preolímpico de Florida, ahora ha tomado las riendas del futuro de Dariel Fernández, que quiere firmar como agente libre en Grandes Ligas.

Perez contó que fue un familiar de Fernández quien lo contactó para que representara al lanzador pinareño tras escaparse en México.

Es un pitcher zurdo, con muy buenas perspectivas. Ese muchacho conocía a alguien que me conocía. Sabe que yo soy el agente de Andy Rodríguez, que era el cerrador del equipo Cuba, de Lázaro Blanco, que era el abridor del equipo Cuba”, indicó.

“Otros me han llamado tratando de buscar representación, pero bueno, están todavía en el limbo legal porque una vez que se quedan en un país, lo primero que tienen que hacer, si quieren firmar en el béisbol profesional de EE.UU. es hacer su residencia en un tercer país”, añadió.

“Muchos creen que porque tengan una cierta edad no pueden firmar. Al final son peloteros cubanos, peloteros que nacen con un guante y una pelota en la mano. Perspectivas tienen muchas. Al final todo depende del entrenamiento que hagan, del entrenamiento que realmente tengan”, concluyó.

En los últimos días, la prensa oficialista cubana y directivos de la Federación Cubana de Béisbol han insistido en adoptar una postura victimista para explicar la fuga de la mitad del equipo en la Copa Mundial Sub-23.

“Querían destruirnos, querían que el béisbol pasara del lugar 12 que tiene en el ranking, querían acabar con el béisbol cubano, y estos muchachos demostraron que sí se puede, demostraron que podemos seguir luchando, independiente de la situación hostil que tuvimos, de las deserciones”, dijo al borde de las lágrimas el directivo Luis Daniel Del Risco en declaraciones a la prensa oficialista.

La televisión cubana, por su parte, definió la fuga de los jóvenes peloteros como “uno de los escenarios más hostiles” en la historia del deporte en la isla, y achacó lo sucedido a "inescrupulosos traficantes de personas”.

René Arocha, exlanzador cubano radicado en EE.UU, criticó abiertamente la forma en que el entorno deportivo de la isla se refirió a la huida de los peloteros, y aclaró que quienes decidieron escapar lo hicieron por su propia voluntad y no por presiones externas, ni porque nadie los raptara o les pusiera una pistola en la cabeza.

Cuba finalizó el Mundial Sub-23 en cuarto lugar y con la mitad de una selección que, según su mánager, Eriel Sánchez, había sido conformada teniendo en cuenta el patriotismo de sus atletas. No obstante, ni siquiera el control sobre los peloteros, a quienes les montaron guardia permanente en el hotel donde se alojaban, consiguió impedir la avalancha de deserciones.

Los 12 peloteros que abandonaron el equipo fueron el receptor Loidel Rodríguez; los infielders Miguel Antonio González y Yandy Yánez; los jardineros Reinaldo Lazaga, Dismany Palacios, Reinaldo Lazaga y Geisel Cepeda; y los lanzadores Dariel Fernández, Luis Dany Morales, Ubert Mejías, Yeiniel Zayas y Bryan Chi.

La fuga de 12 peloteros cubanos se trata de la mayor cifra de abandonos en un año en la historia del béisbol de la isla. El anterior récord era de 9, en 1996, en ese caso contando todas las competiciones internacionales de pelota en que participó el país ese año.

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