El Gobierno y el Partido en La Habana criticaron la lentitud con que se ejecutan las obras de reparación de viales, servicios de agua potable y vivienda en la comunidad Moro-Portocarrero, del municipio Arroyo Naranjo.
Tras un recorrido por esa barriada pobre de La Habana, donde viven unas 562 personas, las autoridades locales indicaron que se debe trabajar con la misma intensidad que se hizo en La Güinera, otro de los barrios beneficiados por una atención priorizada tras las protestas del 11J en Cuba.
El encuentro permitió conocer que el Ministerio de la Construcción no desarrolla las acciones necesarias para la rehabilitación de calles y aceras, que persisten basureros en áreas cercanas a parques y vía pública y aunque la Organización Básica Eléctrica realizó trabajos en el alumbrado público, aún permanecen zonas a oscuras.
El viceministro de la Construcción, Ricardo Garbajo, dijo en breve se iniciará el arreglo de las calles, las aceras y la rehabilitación de las redes hidráulicas, según reportó el periódico Tribuna de La Habana.
Por su parte el gobernador Reinaldo García Zapata enfatizó en la necesidad de conocer las vulnerabilidades y necesidades de la población, y para ello es necesario realizar un levantamiento social completo en el barrio.
En Moro-Portocarrero el gobierno local reparó cinco consultorios, una farmacia, cuatro bodegas, una carnicería, un comedor del Sistema de Atención a la Familia y el punto de venta de gas licuado.
Se entregaron camas al menos a 13 familias donde hay mujeres con más de tres hijos, aunque no se dieron cunas para bebé ni se explicó cuándo sería.
Las autoridades prometieron en los próximos días la entrega de 50 pares de zapatos para mujeres y niños, una cifra insuficiente teniendo en cuenta la cantidad de habitantes que tiene el barrio.
"Los ciudadanos tienen que sentirse atendidos, escuchados, sobre todo si viven en condiciones desfavorables", dijo el primer secretario del Partido en la provincia al finalizar el recorrido y prometió regresar para controlar el cumplimiento de las indicaciones.
Tras las protestas pacíficas del 11J, el gobierno de La Habana ordenó el tratamiento diferenciado de al menos 60 barrios pobres de la capital, entre los que se encuentra La Güinera, donde se registró la única muerte oficial tras el enfrentamiento entre civiles y militares.
En esa comunidad el presidente Miguel Díaz-Canel intentó lavar la imagen de su gobierno, luego de convocar a la guerra civil y el enfrentamiento entre cubanos, lo que generó críticas entre activistas y opositores de la isla.
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