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Canciller castrista entre la psicofancia y el cinismo

Un ministro de Relaciones Exteriores debe evitar frivolidades.

Bruno Roríguez advirtiendo a diplomáticos extranjeros en Cuba © MINREX
Bruno Roríguez advirtiendo a diplomáticos extranjeros en Cuba Foto © MINREX

Este artículo es de hace 2 años

El canciller Bruno Rodríguez acaba de apuntarse a la epidemia de psicofancia que afecta al tardocastrismo, asegurando que Cuba vive un momento feliz, leyendo la cartilla a diplomáticos extranjeros acreditados en Cuba y ya -en pleno delirio- amenazando a Facebook.

La actuación del ministro de Relaciones Exteriores obedece a la ofensiva mentirosa de su gobierno de marcar el 15N como si fuera un parteaguas, cuando los incapaces se volverán inteligentes, los agresores serán bondadosos y los mentirosos dirán verdades.

La estrategia gubernamental resulta fallida porque pretende dibujar un escenario de recuperación de Cuba, que solo existe en el miedo y la necesidad de los gobernantes, pero sin asidero alguno en la triste realidad que agrede a los cubanos diariamente.

Un ministro de Relaciones Exteriores debe evitar las frivolidades, especialmente, cuando se trata de una nación que dejó de tener peso específico en la arena internacional porque fue incapaz de adaptarse a la geopolítica post Muro de Berlín y -desde entonces- vivaquea entre tumbes disfrazados de solidaridad, ataques sónicos y enunciados voluntaristas.

La narrativa delirante del presidente Díaz-Canel, el premier Marrero, el anciano Lazo y Rodríguez -entre otros- provoca la burla de unos y el sonrojo de otros, incluidos diplomáticos extranjeros que este miércoles fueron público de Tía Tata cuenta cuentos.

Rodríguez simuló este miércoles ser el canciller de una nación a punto de un gran triunfo, cuando llevan dos años pidiendo el agua por señas y, desvergonzadamente, afirmó que Cuba vive un momento feliz y no tolerarán que les agüen la fiesta; ¿qué fiesta, qué agua?, si hace años que el país no da de beber, ocurrencias de un cínico o de un perturbado.

Usar una reunión diplomática para mentir, agredir y amenazar, solo confirma el miedo que recorre la espina dorsal de la dictadura más antigua de occidente, cuestionada interna y externamente; y abocada a democratizar o a morir matando; pero forma parte del guion totalitario que parte de la errónea presunción de que el público es tonto.

Negar el carácter autóctono de las protestas que se vienen sucediendo en Cuba desde antes del Movimiento San Isidro y que fueron en aumento por errores políticos graves del gobierno, intentado culpar a la Casa Blanca hasta del catarro, dejó en ridículo al canciller ante embajadores y diplomáticos, que conocen la realidad de la isla, sin necesidad que Rodríguez se la traduzca con mentiras y serpentinas para las glorietas.

Tan mala ha sido la educación y formación de las nuevas generaciones, que al imperialismo le resulta fácil y barato organizar protestas en Cuba, vino a decir el canciller en su mala hora, que parece eterna desde que su homólogo canadiense lo desnudó como mentiroso.

Rodríguez interpretó un libreto viejo del KGB, que consiste en tratar al otro como súbdito y abroncarle por lo que pueda llegar a hacer; como si no supiera que el cuerpo diplomático acreditado en La Habana está al tanto de las ingentes maniobras del primer ministro Marrero y otros altos funcionarios para comprar paz social en zonas empobrecidas, prometiendo mejoras a los ciudadanos, a cambio de que se porten bien el 15 N.

Marrero intentó chantajear recientemente a los empobrecidos vecinos del llegaypon "Macondo", en las inmediaciones de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños; prometiéndoles villas y castillas, y casi suplicando que no salieran a las calles el 15N, solo le faltó darles su número de móvil y ponerles un teléfono rojo para que lo llamen a su mansión de Siboney.

Dirigentes comunistas acaban de hacerlo en Cárdenas, donde a pobladores, con años en espera de aprobación de la propiedad de sus vivienda, les entregaron nuevas planillas, con el compromiso de aprobarlas de inmediato y promesas de servicios eléctrico y agua, pero advirtiéndoles que no es necesario salir a protestar que todo tendrá solución, ahora; en otro reparto de chambelonas para ganar tiempo de cara al 15N.

El poder de la Casa Blanca sobre Cuba es descomunal; ahora resulta que Bush II, Obama, Trump ni Biden han tenido sensibilidad para mejorar la vida en Macondo o Cárdenas, La Corea, La Timba y La Güinera y ha tenido que irrumpir el gobierno Díaz-Canel, repartiendo planillas de baba sin quimbombó.

¿De dónde saldrán los recursos para revertir la pobreza en Cuba, si el comunismo destrozó la nación y empobreció a los ciudadanos para que fueran mendicantes y sumisos ante el poder? Una caída del 14% del PIB y la ridícula cifra de inversión extranjera, alejan cualquier posibilidad de que llueva café en el campo; por mucho que se empeñe la maquinaria gobbeliana de Polanco en pintar éxitos donde solo hay fracasos.

Amenazar a Facebook demuestra que el gobierno cubano sigue sin aceptar que el mundo ha cambiado en contra de su pasión liberticida, el subdesarrollo tecnológico y las ruinosas empresas socialistas; y decir que los niños cubanos volverán felices al colegio, cuando la mayoría carece de leche, uniformes y calzado, útiles escolares y maestros adecuados, es una felonía del canciller Rodríguez.

Nunca antes el comunismo de compadres que explota a Cuba, había tenido que desplegar tantos esfuerzos represivos, económicos y propagandísticos para intentar atajar la riada del 15N, que ya es un éxito de los cubanos frente al poder vencido por sus propias mentiras y su galopante miopía política.

El Bastión 2021 se ha estrellado contra la serenidad inteligente de Archipiélago y Yunior García Aguilera, mostrando sensatez política frente a la barbarie totalitaria, que vive desquiciada por los golpes de San Isidro, 27N y el 11J; hitos de la resistencia cubana, que tendrá continuidad el 15N y después porque la solución de Cuba no puede seguir en manos de su principal problema: Un gobierno vencido por la realidad.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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