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Padre Kenny visita a familiares de Walnier Aguilar, condenado a 23 años por el 11J

"Este valioso cura visitó mi hogar y vino a preocuparse por el sufrimiento de los familiares de los presos encarcelados injustamente, y conoció la injusticia que se cometió separando a los hijos de sus madres y sus seres más queridos", dijo el padre del preso.

Padre Kenny con la familia de Walnier Aguilera © Wilber Aguilar Bravo / Facebook
Padre Kenny con la familia de Walnier Aguilera Foto © Wilber Aguilar Bravo / Facebook

Este artículo es de hace 2 años

El sacerdote cubano Kenny Fernández Delgado visitó el martes a la familia de Walnier Aguilar, joven de 21 años con discapacidad, que fue condenado a 23 años de prisión por su participación en las protestas del pasado 11 de julio.

"Este valioso cura visitó mi hogar y vino a preocuparse por el sufrimiento de los familiares de los presos encarcelados injustamente, y conoció la cruda realidad y la injusticia que se cometió separando a los hijos de sus madres y sus seres más queridos, testimonios contados por los propios dolientes", comentó en su muro de Facebook Wilber Aguilar, padre del prisionero.

Walnier Aguilar Rivera, quien padece un retraso mental ligero, es uno de los más de 30 cubanos juzgados por el delito de sedición tras las protestas. El joven se manifestó en el reparto La Güinera, del municipio Arroyo Naranjo, en la capital.

El Padre Kenny, de la Arquidiócesis de La Habana, desarrolla una misión pastoral de acompañamiento a las familias de estas personas que han sido encarceladas por marchar en las protestas contra el régimen.

Esta semana se sumó a un cacerolazo convocado para exigir la liberación de los presos políticos en Cuba.

"Son mis hermanos, son mis madres, son mis padres los que están sufriendo. Así que por la libertad de los presos políticos", dijo, antes de sonar una cuchara contra un jarro de aluminio.

En declaraciones a CiberCuba, el religioso relató que al visitar a los familiares de los reclusos comprueba que ellos están "muy agradecidos porque alguien se interese por el caso de sus hijos que eso, desgraciadamente, no todo el mundo lo hace".

"Darles una gota de consuelo es muy importante y muy gratificante para mí. Me da la impresión de que estoy haciendo algo bueno por mi propia madre", subrayó.

Fernández Delgado, párroco de la iglesia de Madruga, en Mayabeque, también ha intentado brindar asistencia religiosa a los presos, pero el Estado no le ha dado autorización.

"A los presos no los he podido ver porque a mí no me dan permiso para visitar las prisiones", lamentó.

A pesar de no haber podido visitar a los presos, el Padre Kenny se consuela con el acompañamiento que sí ha podido dar a padres, parejas y hermanos de los detenidos, así como el apoyo a la sociedad civil cubana en general.

Visitó a la familia del menor Jonathan Torres Farrat, preso del 11J; acompañó a la familia de Luis Robles durante el juicio que se le celebrara por mostrar una pancarta en contra de la represión en Cuba, y se solidarizó con el líder del Movimiento San Isidro, Luis Manuel Otero Alcántara, actualmente en huelga de hambre en la cárcel de máxima seguridad de Guanajay.

Solo un sacerdote y un diácono pueden entrar a las cárceles de La Habana donde, según el subregistro del grupo Justicia 11J, que visibiliza la situación de los presos políticos en Cuba, hay 276 de los 724 detenidos vinculados a las protestas en el país. La cifra del total de la población penal no se publica desde 2016, año en el que el diario oficialista Granma contabilizó 57,337 reos.

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