Gervacio Miguel Govín: Todo mejoraría si fortalecemos la base y después nos ocupamos más de los jugadores

Estadio Latinoamericano repleto. Año 1999. En plenitud la Serie Nacional de Béisbol con el desarrollo del play off Isla de la Juventud - Industriales. Apoteósica para la tropa de Armando Johnson aquella actuación que la puso a un paso de avanzar hacia la final.

¡Inolvidable aquello Julita! Habíamos puesto a los azules a punto de mate con tres victorias en cuatro salidas. O sea, con un triunfo más… ¡la Isla en la final! Pero no se pudo porque el león reaccionó y nos ganó tres seguidos. Creo que en Gerona, al salir del Labra, festejamos antes de tiempo aunque no podemos obviar la grandeza de los capitalinos.

Así cuenta una de sus muchas vivencias un pitcher de 22 Series Nacionales y 138 éxitos con un equipo no ganador, la Isla. Se trata del diestro Gervacio Miguel Govín, quien hoy funge como entrenador del staff de lanzadores de Artemisa, tras llamado de su mánager Lázaro Arturo Castro, exreceptor vueltabajero.

En efecto, Lázaro me llamó y ahí estoy con los jóvenes valores del pitcheo artemiseño, transmitiéndoles mis experiencias, que sabes son muchas.

Nacido en junio de 1960 en el municipio pinareño de Piloto, Gervacio Miguel vive orgulloso de su carrera así como de sus dos hijos y dos nietas. Uno de ellos, Ángel Miguel Fernández, debutó en SNB como jugador de cuadro en el elenco de la Isla e hizo el CUBA con Víctor Mesa en 2014 en el Torneo por el Centenario del Béisbol desarrollado en Colombia.

Julita, él decidió coger su camino y firmó con los Indios de Cleveland. Jugó entre 2015 y 2017 como torpedero y segunda base en doble AA y clase A pero no lograba alcanzar el peso, la masa muscular requerida y hoy vive muy feliz en Naples, Florida.

¿Quién fue tu primer entrenador? ¿Siempre quisiste ser pelotero?

El que me dijo que podía ser pelotero y de hecho fue mi primer entrenador, fue Marcos Sánchez Bobadilla. Y es que siempre quise ser pelotero: al principio, receptor y luego, pitcher.

Comencé como lanzador en 1983 en una cuadrangular menores de 23 años que se realizó en Pinar del Río. Ese fue mi inicio que concluyó tras 22 Series Nacionales. Y fue el Capitán San Luis el primer parque beisbolero que pisé.

Me trasladé a la Isla pues, como sabes, los pitchers se daban en Vueltabajo como el mismo tabaco y decidí probar suerte en la Isla y muy orgulloso que estoy de ese paso.

¿Características como serpentinero?

Mi velocidad llegó a alcanzar en mi juventud las 92 millas aunque sostenidas oscilaban entre 87- 89; luego dominaba más con la inteligencia, combinaba bien mis envíos y la sinker mareaba. Me gustaba más abrir que relevar.

De los 499 desafíos en los que intervino, Govín inició 357 y relevó 142. Pitcher flemático, espigado, sin esa gran velocidad, Gervacio quizás hubiese podido integrar la selección nacional si hubiera jugado con un conjunto ganador. ¿Qué opinas?

Quizás sí. Yo tuve una época muy buena entre 1995 y 2002, aparejada con el crecimiento como team de la Isla y el surgimiento de peloteros excelentes como Michel Enríquez, Juan Carlos Moreno, Alexander Ramos, Carlos Llanes, Vladímir García, Orlis Díaz, los Ajete (Raúl y Félix).

Pero, realmente, en ese tiempo coincidieron grandes pitchers y no me siento decepcionado. Para colmo, la mitad de los juegos que lanzaba era en el Labra, el estadio más pequeño de Cuba ¿recuerdas? No por gusto era conocido como el “Paraíso de los jonrones”. Lo di todo por mi equipo y ahora transmito mis experiencias.

Gervacio Miguel Govín en 22 SNB obtuvo 138 victorias, completó 139 juegos, propinó 17 lechadas, ponchó a 1,328 rivales y su promedio de limpias fue de 4.74. Sus estadísticas quizás no lo ubiquen entre los primeros pero su coraje y amor por su camiseta lo hace un grande de la pelota en el país.

¿Cómo es posible que de un territorio tan pequeño puedan salir jugadores todos los años, sobre todo, por el descenso que experimenta nuestro béisbol?

Mira, de la Isla siguen saliendo talentos porque se trabaja fuerte, muy fuerte desde la base. Es uno de los lugares de Cuba donde se hace lo posible e imposible para que la pelota siga siendo nuestro pasatiempo nacional. La base funciona en las escuelas, en los centros de trabajo; en cualquier terreno ves niños, jóvenes, adultos jugando. Inventan guantes, bates…pero se juega.

Esto no quiere decir que no haya carencias que tienen que ser erradicadas si queremos recuperar nuestro deporte nacional.

Esta aseveración me lleva a otras preguntas. ¿Qué hacer ante la actual situación del béisbol en Cuba? ¿Cómo valoras la pelota cubana en estos momentos?

Si hablamos del que se juega aquí, ha decaído, por supuesto. El éxodo continuado de jugadores cada vez más jóvenes es un handicap. Ahora, si nos referimos al béisbol cubano en general, goza de buena salud. Sólo basta ver el listado en ligas foráneas comenzando por la MLB.

Pero no es solo la huida de talentos. Es necesario, como te decía, fortalecer o más bien, recuperar la base en el país. Sin base no hay superestructura y lamentablemente, la simiente no es sólida como antaño. Nos golpea la escasez de los implementos para el desarrollo del mismo, como pelotas, guantes, bates, petos, caretas. La pelota es un deporte caro pero es el nuestro.

Todo mejoraría si fortalecemos la base y después nos ocupamos más de los jugadores. Como te dije, nosotros en la Isla inventamos pero no se trata de inventar sino de contar con lo imprescindible para desarrollar la pelota.

El buen trabajo en la base en la Isla, los inventos de implementos, la preocupación por la masividad son muy buenas razones para que los Michel, Alexander y Orlis sigan saliendo. Por cierto, hablando de buenos bateadores, en tu época sobraban ¿a cuáles respetabas más?

Imagínate… No es noticia: Omar Linares, Antonio Pacheco, Orestes Kindelán, Antonio Muñoz, Victor Mesa, Javier Méndez… pero en general, a muchos más. Era un tiempo dorado y todos los equipos tenían temibles tandas de bateadores.

¿Y tu lanzamiento favorito para salir de una situación difícil?

Era el que ese día dominara mejor, el que me hiciese sentir bien; podía ser slider, curva o la recta en sinker, principalmente sobre la zona baja.

Más de una vez vi “irse” detrás del sinker de Gervacio a uno de los grandes. También su slider engañaba al más experimentado de los bateadores. Daba gusto verlo lanzar: era flemático, concentrado en su trabajo.

¿Gervacio tu equipo all stars?

En el cuadro: Juan Castro como receptor; combinación de segunda, Antonio Pacheco y Germán Mesa; inicialista, Antonio Muñoz; tercera base, Omar Linares; jardineros, Ermidelio Urrutia, Víctor Mesa y Luis Giraldo Casanova y Kindelán como designado; lanzador derecho, Braudilio Vinent, zurdo Jorge Luis Valdés; relevista, Pedro Luis Lazo y director, Jorge Fuentes.

Hablando de directores ¿qué significa en tu vida Armando Johnson?

Armando era mánager, amigo, hermano, padre; un ser humano comprensivo, con el que se podía hablar de todo. Puedo decir que es un trabajador incansable; muchos de nuestros resultados se deben a él. Ha tenido logros como director de equipos CUBA en categorías menores, amén de que fue el mentor de la Isla en su medalla de bronce del año 99.

Encaramado en la lomita ¿a cuál catcher preferías?

Por los piratas, a Arnaldo Fonseca; del CUBA, a Juan Castro.

¿En qué estadio como visitante te gustaba lanzar?

Sin dudas, en el Coloso del Cerro, el estadio Latinoamericano.