El séptimo lugar de Iván Silva devino la mejor ubicación de la nutrida comitiva cubana que asistió al Grand Slam de Judo de París, a punto de finalizar en la capital francesa.
De los diez atletas que representaron el pabellón insular en la cita, solo Silva (90 kg) pudo sobrevivir a su primera salida, e inclusive ganó la siguiente. Le resumo: debutó con ippon a costa del colombiano Francisco Balanta, luego repitió la dosis al italiano Nicholas Mungai, y cayó en cuartos frente al georgiano Beka Gviniashvili. Ya en los repechajes, volvió a ceder, entonces ante el turco Mihael Zgank.
Los otros tres elementos del equipo criollo que salieron a los tatamis, salieron trasquilados a las primeras de cambio. A saber, Andy Granda (+100) se fue versus el local Andreev Guerman (waza-ari); Idelannis Gómez (70) perdió por ippon ante la francesa Margaux Pinot, a la postre campeona; y Thalía Nariño (+78) sucumbió ante la argelina Sonia Asselah por waza-ari.
No obstante, el cubano nacionalizado rumano Asley González (100) sí conoció la alegría de la victoria, pues se impuso en el debut al búlgaro Boris Georgiev (ippon), aunque después perdió ante el brasileño Rafael Buzacarini –séptimo del ranking- por igual resultado.
La víspera, los seis judocas cubanos habían caído en sus apariciones iniciales. Entonces, el sitio oficial JIT hizo hincapié en que los atletas de la Mayor de las Antillas habían llegado a París apenas 24 horas antes de la competición, "por tanto les afectaba el cambio de horario". Queda por ver ahora qué lógica tiene concurrir con tan poca antelación a esa clase de certámenes.
A falta de dos divisiones por definir sus podios, Japón ya había triunfado por colectivos con siega de 6-5-5, seguido por Francia (3-0-7), Georgia (1-1-2), Mongolia (1-1-1) y Bélgica (1-0-1).
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