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Tarrúa y el osito pícaro del Mincin agreden a Cuba

Cultura de la pobreza, prioridad comunista.

La tarrúa del Mincin © Mincin
La tarrúa del Mincin Foto © Mincin

Este artículo es de hace 2 años

El tardocastrismo acaba de hacer el ridículo con la tarrrúa y el osito pícaro del Mincin, integrantes de un aquelarre diurno saturado de seres extravagantes y devenido en carcajada general; casi seis años después del impactante desfile de Chanel en el Paseo del Prado habanero.

La aguerrida Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y la emocional Mariela Castro, ensimismadas en el Código de las Familias, no han reaccionado a la afrenta gubernamental, que incluyó una musa coronada por una alegoría a muslos de pollo importados de Estados Unidos, en forma de tarros, a ambos lados de su cabeza, y un osito cabalgando sobre el pene y los testículos del ceñido del modelo andante; generando la duda si se trata de una oda a la zoofilia o una propuesta de nuevos juguetes y técnicas sexuales.

El empobrecimiento y desigualdad de Cuba exige la mayor racionalidad en el gasto público y constante sensibilidad política ante el sufrimiento de los más desfavorecidos; montar un desfile de modas, inspirado en las desvencijadas y desabastecidas tiendas del Ministerio de Comercio Interior (Mincin); usando alimentos y juguetes, como pretendidos reclamos estéticos, es una bofetada a los cubanos.

¿Cuánto ha costado el penúltimo absurdo derrochador? Los disparates gubernamentales los paga el pueblo y lo menos que podría hacer la ministra Betsy Díaz es acudir a la Mesa Redonda, pedir disculpas y asumir responsabilidades, en vez de pretender echar el muerto a burócratas subordinados.

Yordis Matos Nicot, director de la escuela "Bella Caribe" intentó culpar a sus estudiantes de la ocurrencia, precisando que se trata de un trabajo de curso; si el futuro del diseño en Cuba está en manos de tan prosaicos profesores y estudiantes, sería más rentable cerrar la academia o, al menos, cambiarle el nombre.

"Los estudiantes, con el maquillaje corporal y efectos especiales, graficaron en piel, accesorios y peinados, los diferentes procesos en la distribución de alimentos, los productos de la canasta familiar normada, los servicios técnicos, gastronómicos y el mercado industrial y artesanal”, explicó Matos Nicot, quien también es estilista y cosmetólogo. ¡Aleluya!

Por si fuera poco, "Bella Caribe" está adscrita al Centro de Gestión del Conocimiento del Mincin; menuda gestión, menudo conocimiento; y lo que nos faltará por ver con los observatorios alimentarios y los másteres de Díaz-Canel y su ministro de Economía, Alejandro Gil; cheos desde chiquiticos.

Las agresiones estéticas no son novedad en la desvencijada Cuba, pese a que posee un Instituto Superior (ISDI) y una Oficina Nacional de Diseño (ONDI), y talento, como demostró el desfile de modas organizado por "La fábrica del arte" para la entonces primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama.

La cultura de la pobreza -prioridad del gobernante partido comunista- genera una estética ad hoc que contamina a la sociedad, desplaza al talento y el buen gusto; convierte lo sublime en ridículo, la resistencia inútil en política y la miseria mental y material en falsas virtudes.

El gobierno improvisa casi todos sus actos, como ocurrió con el vaso de leche del general Raúl Castro, la limonada básica del presidente Díaz-Canel y aquella Lis Cuesta de cintas y lazos, ataviada como el doblenueve del dominó ante los Reyes de España; ideales perfomances

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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