Un error de catalogación, perdido en el tiempo, originó una profunda investigación científica sobre el "Minero Peruano", una momia que atesora el Museo Antropológico Montané en La Habana.
Los restos momificados llegaron a la institución en 1975, como donación del Museo de Historia de la Ciencia Carlos J. Finlay. La documentación decía que era una momia de Perú, pero la posición supina del cuerpo causaba dudas entre los investigadores que la veían.
Se consideró como un presunto accidente en una mina del país andino y aunque algo no encajaba para los antropólogos, el cuerpo modificado se identificó como el "Minero Peruano".
El proyecto Momias de Cuba inició en el 2015 el estudio de los restos momificados disponibles en el país. La momia "peruana" fue la primera en ser elegida para las investigaciones, a fin de descubrir el misterio de su origen.
La semana pasada El Diario publicó una entrevista a la investigadora española Dolores Delgado, miembro del Instituto de Estudios Científicos en Momias (IECIM) con sede en Madrid, quien develó todos los hilos de esta historia.
Lo que se sabía del "Minero Peruano"
Los investigadores cubanos tenían algunos elementos claros. El cuerpo momificado era de un varón y era precolombino. Sin embargo, la mayoría de las momias del Perú de este período fueron enterradas en posición de cuclillas o sentadas en fardos funerarios.
La momia que reposaba en La Habana tenía una posición atípica, que no encajaba con los rituales andinos. Se decidió llevar su caso a un congreso internacional en Lima donde investigadores de Tenerife identificaron similitudes con las momias de las comunidades guanche.
El presunto minero tenían características similares a las momias de los antiguos habitantes de Tenerife, los guanches. Los embalsamamientos de esta comunidad se caracterizan por la colocación en decúbito supino, manos paralelas y extendidas a lo largo del cuerpo, dedos de los pies unidos y cabeza inclinada ligeramente sobre el hombro derecho.
¿Cómo llegó la momia a La Habana?
Los investigadores rastrearon las actas y registros de centros museísticos de Cuba. Encontraron que el hijo de un médico canario establecido en La Habana había donado al Museo Antropológico de la Academia de Ciencias Médicas una momia guanche que había sido propiedad de su padre.
Un documento fechado 6 de junio de 1899 certificaba al doctor Miguel Gordillo y Almeyda (Santa María de Guía, Gran Canaria 1824 – La Habana 1898) como propietario de la momia.
Investigadores la Universidad de La Laguna descubrieron que en Tenerife, entre 1876 y 1877, un labriego encontró una momia muy bien conservada y la vendió por cuatro onzas de oro. La momia fue llevada desde Canarias a La Habana en la fragata "Trinidad", en 1878.
A su llegada a la capital cubana la instalaron en la casa del doctor Gordillo, como era costumbre entre los estudiosos de antropología de la época.
Gordillo llegó a Cuba siendo adolescente y se formó como médico. Mantuvo la conexión con su tierra natal, e hizo solicitudes de interés antropológico para sus estudios de restos de aborígenes del archipiélago canario. El galeno también poseía cráneos guanches que fueron donados a la Sociedad Antropológica de Cuba.
Los resultados de los estudios científicos
Pruebas de ADN mitocondrial hechas a partir de una muestra de hueso y de una muela, permitieron certificar el origen del varón momificado. El hombre falleció entre los 30-35 años de edad y aún se analizan resultados para establecer el período exacto en que fue embalsamado.
El Laboratorio de Antropología Biológica y Molecular de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Masaryk de Brno (República Checa) hizo los exámenes de ADN. Certificó que el mitogenoma de la momia no era nativo de Perú, carecía de los haplogrupos de la zona. En su lugar encontraron el H1, de origen europeo, presente en poblaciones guanches.
Tras conocer el hallazgo científico la Facultad de Biología de La Habana modificó la catalogación del "Minero Peruano", y ahora es identificado como "La Momia Guanche".
Los Guanche eran los antiguos aborígenes de la isla de Tenerife, Canarias. Habitaron el territorio antes de la conquista castellana en 1496. La información genética y cultural de estas comunidades coincide con los bereberes del norte de África. Sin embargo, es un misterio hasta la actualidad cómo lograron habitar las islas porque no dominaban la navegación.
El proyecto internacional y multidisciplinar Momias de Cuba, promovido por Eusebio Leal Spengler y el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, junto al Museo Antropológico Montané y el Instituto de Estudios Científicos en Momias de España se inició en el 2015.
El programa no solo tiene el objetivo de trabajar en el origen de las piezas que atesora Cuba sino también restaurar, conservar y preservar las momias, creando las condiciones para su exposición al público.
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