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Periodista abandona Cuba y denuncia tráfico de influencias en el ICRT

El periodista cubano denunció el tráfico de influencias en el ICRT a cambio de favores sexuales, pero omitió los nombres de los implicados.

Yunior Smith © Facebook Yuninho Rodríguez / El Uniko
Yunior Smith Foto © Facebook Yuninho Rodríguez / El Uniko

Este artículo es de hace 2 años

El periodista y presentador de la Televisión Nacional, Yunior Smith Rodríguez, abandonó Cuba y denunció algunas razones por las que decidió convertirse en emigrante, entre ellas el tráfico de influencias en el ICRT.

El comunicador contó en un extenso mensaje en sus redes sociales que inició su viaje hacia Estados Unidos para escapar “de la mierda putrefacta, de la mentira y de la desesperanza” que golpea al pueblo de la isla.

"Mi viaje comenzó con el asco y la decepción amarga por las experiencias vividas en el Noticiero Estelar, por los jefes que pagan con favores y privilegios a cambio de sexo; por el acoso sexual desde el poder, secreto a voces que nadie denuncia por miedo”, dijo el periodista desde la frontera entre México y Estados Unidos.

Sus declaraciones desataron comentarios adversos en las redes sociales, reprochándole su compromiso y defensa del régimen cubano en la TV Nacional.

Smith refirió la existencia de “putas de pantalla”, amiguismo y "favoritismo" en el ICRT. Aseguró que no se beneficia en la Televisión Nacional a los profesionales más capaces, sino "al más guatacón, revolucionario, comunista y chivatón".

Reconoció que él era un “convencido y un romántico enamorado del sistema”, pero asegura que hechos concretos en la historia reciente de Cuba lo obligaron a despertar.

“Comenzó con el asco por aquella bofetada infame del ministro de Cultura, por la crisis sanitaria en Matanza, con el abuso policial asqueroso del 11 de julio, con el llamado de Miguel Díaz-Canel a enfrentar cubanos contra cubanos, con palos, como perros”, dijo.

Señaló que otros asuntos que lo decepcionaron fueron las tiendas en moneda libremente convertible (MLC); “la profundización de las brechas sociales, el hambre y las colas inmensas”.

Smith comentó que llevaba en silencio desde hace varios años una relación familiar con un preso político.

"Casi nadie sabe que tengo un hermano preso político, Kessell Rodríguez. Temprano aprendí que enfrentarse al gobierno significa ir a prisión, recibir golpes, maltratos, torturas; significa tiempo aislado sin que tu familia sepa de ti, huelgas de hambre en defensa de derechos; dolor familiar, preocupaciones, separación. Y al final nada cambia", expresó.

Aseguró que no quería que su familia sufriera por sus ideales políticos e intentó luchar contra sí mismo, para convertirse en lo que la sociedad cubana espera de buen ciudadano.

"Traté de no repetir el patrón, aunque pudiera ser juzgado de cobardía. Quería demostrar que es posible vivir en Cuba dignamente. Pero es imposible", dijo.

Comentó que la Seguridad del Estado lo puso a prueba por tener relaciones de familiaridad con un preso político.

"Hicieron solapadamente todo por comprobarme, y las tareas fueron cada vez mayores y más fuertes. Y yo cumplí. Hice mi trabajo lo mejor que pude, porque era demostrarles mi valía o perecer, perder mi trabajo o que me apagaran lentamente como al final lo hicieron", confesó.

El joven presentador dijo que la situación empeoró para él profesionalmente cuando se casó con una estadounidense.

"Todos vieron en pantalla al Yunior Smith que criticaba a otros gobiernos, nadie jamás supo las veces que dije No", comentó. Aseguró que se enfrentó en ocasiones a sus jefes y que algunos de sus reportajes fueron censurados, en particular se refirió a uno sobre el 15N.

"Nadie vio el comentario que me pidieron hacer sobre Yunior García después del 15 de noviembre, porque lo censuraron", dijo. Según sus palabras en el reportaje hacía referencia a la importancia de las prácticas democráticas en Cuba.

Sobre interioridades del ICRT relató que muchas personas ignoran que los presentadores deben comprar su propia ropa y maquillaje, que van "en guagua a trabajar y que ni almuerzo hay para los que se quedan horas dentro de esa redacción".

Expresó que otros presentadores de la TV están en contra del gobierno, pero por miedo a perder sus trabajos guardan silencio y bajan la cabeza.

Smith prometió no decir los nombres de quienes difieren del discurso del Estado cubano, pero aseguró que han hablado, criticado y reído a escondidas sobre lo descompuesto y moribundo que está el sistema.

Sobre la prensa independiente en Cuba señaló que es "ilegal" en la isla e implica altos riesgos que muchos periodistas no están dispuestos a sufrir.

“Nadie ignore que el miedo es un arma poderosa de las dictaduras. Y muchos temen perder lo poco que han conseguido, por ellos, por sus familias, por hacer lo que aman. Porque no hay otra prensa legal, y la que se opone al gobierno son también víctima de escarnio, de persecución y hasta de cárcel", dijo.

El presentador indicó que muchos periodistas en la isla evitan hacer reportajes polémicos porque sienten que es ir contra el sistema.

“Me aconsejaron no seguir publicando cosas así, porque no vale la pena buscarse problemas, porque 'ese sistema no lo tumba nadie'. Mis ideas, o 'mi primavera', como le llamaban algunos a mis menguantes deseos de callar, de agachar la cabeza y obedecer, hicieron que fueran apagando poco a poco mi carrera, disfrazados de mil excusas”, dijo.

También indicó que decidió marcharse de Cuba porque es padre, aunque destacó que su hija tiene doble ciudadanía. Smith está casado con una estadounidense, pero emprendió su salida del país antes de concluir el proceso de reunificación familiar.

Cuba está en una situación desesperante, agobiante, que te hace morir cada día un poco, en colas, inventando cómo encontrar papel sanitario, pollo, picadillo, un libra de malanga; recorriendo La Habana entera por un paquete de culeros desechables, sin hallarlo. Me cansé. Preferí partir”, expresó.

Mencionó que esta es la decisión de miles de cubanos que como él huyen de la crisis, de la represión, del miedo y de las mentiras con que se convive en Cuba.

“Escribo esto sin haber llegado aún a Estados Unidos y con la posibilidad de la deportación, del regreso y las consecuencias que me traería estar en Cuba después de hablar”, señaló.

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