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Torquemadas al acecho de Cuba

Para totalitario, ya tenemos al castrismo y su fallida continuidad; pero una nueva oleada, cainita y excluyente, pretender establecer un canon de virtuosismo beligerante; copia fiel del original fracasado.

Estructuras de hierro en el Malecón, como parte de la Bienal de La Habana © CiberCuba
Estructuras de hierro en el Malecón, como parte de la Bienal de La Habana Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 2 años

Una ola de Torquemadas advenedizos, sedientos de venganza, pretende erigirse en juez y parte del conflicto más prolongado en la historia de Cuba, donde el tableteo de ametralladoras en redes sociales y algunos medios de comunicación persigue acallar al contrario y avisarle que asuma futuros castigos.

Para totalitario, ya tenemos al castrismo y su fallida continuidad guerracivilista; pero una nueva oleada, cainita y excluyente, pretender establecer un canon de virtuosismo beligerante; copia fiel del original fracasado, repartiendo carnés de intransigentes, blandengues y sospechosos, sustentado en la verticalidad anticastrista, una vez a salvo en sociedades democráticas.

Son personas que demonizan la palabra diálogo, aunque sea entre cubanos al margen de la dictadura más antigua de Occidente; llaman traidor a quienes no comulgan con sus tesis y buscan lapidar a quien -compartiendo oposición al tardocastrismo- defienden posturas diferentes; la polarización política mundial ha incentivado la esquizofrenia ideológica de los adalides de un nuevo orden para Cuba, basado en el exterminio.

Como el nuevo concepto de cubanos buenos y malos está en manos de ex pioneros por el comunismo; a la hora de definir a aliados y enemigos, deberían guiarse por la ferocidad y no dudar en establecer las más rigurosas penas para contrarios, flojos y dudosos, dejando claro su compromiso exterminador, porque cuando alguien exacerba ánimos e instintos corre el riesgo de no llegar a ser ni chicha ni limoná y ser devorado por el arrebato colectivo, que podría ser cebado por las siguientes recomendaciones:

1.- Todo cubano, incluidos sus descendientes hasta el grado de bisnieto, que haya apoyado y/o simpaticen la Constitución de 1940, en la que intervinieron prominentes miembros del Partido Socialista Popular (PSP) deben ser excluido de la reconstrucción democrática de la nación.

2.- Todo cubano, incluidos sus descendientes hasta el grado de bisnieto, que haya simpatizado con los movimientos 26 de julio y 13 de marzo, debe ser considerado enemigo.

3.- Todo cubano, incluidos sus descendientes hasta el grado de bisnieto, que haya criticado a Fulgencio Batista, no debe formar parte de la Cuba futura.

4.- Todo cubano, incluidos sus descendientes hasta el grado de bisnieto, que haya alfabetizado, sido pionero, militado en los CDR, FMC, FEEM, FEU, UJC, PCC, sindicatos nacionales, haya competido en certámenes comunistas, participado en Planes de la calle, Trabajos voluntarios dominicales, Tareas de choque y Días de la Defensa, o trabajado como Guardaparque y/o CVP no resultará confiable.

5.- Todo cubano, incluidos sus descendientes hasta el grado de bisnieto, que se haya enfermado y acudido a la engañosa salud pública comunista, incluidos los que recibieron aerosoles y vacunas, no podrá formar parte de los órganos rectores del nuevo estado.

6.- Todo cubano, incluidos sus descendientes hasta el grado de bisnieto, que haya estudiado en el esclavista sistema educativo comunista, debe ser reeducado ideológicamente, pero nunca podrá desempeñar cargo alguno en el futuro; especialmente los que hayan sacado las mejores notas y contribuido a la propaganda oficialista.

7.- Todo cubano, incluidos sus descendientes hasta el grado de bisnieto, que haya mantenido, desde el exilio, relaciones epistolares con su familia en Cuba, llamado por teléfono, mandado cuchillas de afeitar Gillete, camufladas en cartas, paquetes con alimentos, medicinas y ropa, remesas monetarias, recargas de Etecsa y viajado de visita a la isla; no resultará confiable para los propósitos del inmaculado porvenir.

8.- Una vez desalojada la dictadura comunista del poder y fusilados sus principales cabecillas y todos los miembros de las FAR y el MININT, incluidos jubilados; debe designarse una representación de cubanos a fusilar, agrupados por sectores, y que debe incluir a trabajadores del turismo, la prensa estatal, las brigadas antimosquitos Aedes aegypti, cooperativistas y cuentapropistas que hicieron el juego al comunismo.

9.- Todo cubano, incluidos sus descendientes hasta el grado de bisnieto, que haya desempeñado cargos intermedios en la estructura castrista, será librado de morir fusilados, pero tendrá que vivir el resto de sus días comiendo por la Libreta de racionamiento y de cola en cola, previa transformación de la Oficoda en la nueva Oficina de Control de Cómplices del Comunismo (OCCC), que deberá reubicarlos en las peores casas posibles y prohibirles el acceso a nuevos supermercados y tiendas de la abundancia.

10.- El nuevo gobierno debe firmar un acuerdo con Corea del Norte para desterrar a todo cubano, incluidos sus descendientes hasta el grado de bisnieto, sin méritos para ser fusilados, pero cuya presencia en el país contamine la pureza de la gesta. En caso de que Pyongyang no acepte a todos, los sobrantes deberán ser expulsados a un cayo desierto en las inmediaciones de Cuba, preferentemente ubicado en la ruta de huracanes y ciclones y desprovistos de medios para subsistir.

11.- Mensualmente, habrá fogatas colectivas para quemar libros y discos de todos los autores que hayan publicado y/o coqueteado con el castrocomunismo, previa ejecución en plaza pública de los más recalcitrantes; cubanos exiliados que hayan asistido a conciertos de artistas que vivieron en Cuba durante la larga noche comunista, deberán ser vigilados de por vida; pues alguien preso de antipatrióticos gustos estéticos no puede ser confiable.

12.- El nuevo estado deberá romper lazos con esos clubes de comunistas burgueses que son Naciones Unidas, Unesco, OMS, OPS y con todos los países que hayan votado a favor de La Habana o abstenido en la condena al embargo norteamericano en ONU; y con todos los partidos y organizaciones de izquierda; aunque se hayan cambiado nombres y matizado sus programas para ganar elecciones.

13.- Aquellos sacerdotes, obispos y demás cargos religiosos cubanos ordenados por el actual Papa Francisco, conocido por sus rojas veleidades, deberán engrosar la lista de sospechosos hasta que su prédica y práctica despeje las sospechas sobre sus ministerios católicos; babalawos y paleros cómplices del castrocomunismo deben ser desterrados a África.

14.- La guadaña purificadora deberá aplicarse también contra aquellos nuevos jefes o funcionarios que vacilen o intenten proteger a familiares, amantes y amigos, procediendo a fusilarlos para que cunda el terror entre las filas salvadoras de Cuba.

Paredón, cárcel, destierro y muerte civil deben ser los cimientos de la próxima alborada que -con el genocidio- se ahorrará millones de pesos en reconstruir la nación, dar de comer a los hambreados, luz a los que padecen tinieblas, cura a los enfermos y agua a los sedientos; pudiendo dedicar los recursos a un selectivo programa genético que descubra a oportunistas y blandengues que hayan conseguido burlar la estricta selección de genes de lealtades incondicionales.

La patria no podría menos que contemplar orgullosa a tan resuelto ejército de fusileros del pensamiento y vidas ajenos; esos compatriotas sin el coraje necesario para asumir la guillotina como almohada; pero nuestra noche de San Bartolomé, de la que ya gotean los primeros sangramientos, sería la trágica constatación de la incapacidad cubana para ser libres, prósperos y cultos.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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