Nicolás Maduro cree que su país merece el Premio Nobel de Economía por hacer frente a sanciones internacionales tras violaciones a los derechos humanos.
“Frente a las sanciones lo que hicimos fue plantarnos, meterle el coco, buscar los mejores asesores mundiales en economía, en moneda, en finanzas, en políticas fiscales, en políticas productivas, y hoy podemos decir que nos merecemos el Premio Nobel de Economía porque hemos echado pa'lante solitos”, dijo en un discurso este miércoles.
Sin embargo, el gobernante omitió que Venezuela lleva varios años en recesión económica, que a pesar de ser un país con grandes reservas de petróleo, su población sufre desabastecimiento de combustibles y que miles de venezolanos han emigrado por el aumento de la pobreza y de la represión.
Maduro auguró en sus redes sociales este jueves que en algún momento Venezuela logrará un crecimiento económico, pero no precisó cuándo será eso.
"Más temprano que tarde consolidaremos el crecimiento de la economía real y el desarrollo integral de la Patria. Vamos a construir entre todas y todos, una nueva era de felicidad y bienestar", indicó el mandatario en Twitter.
También indicó que su país es independiente y que avanza con decisiones económicas propias.
"Somos una nación independiente, libres del FMI, del Banco Mundial y de imperios hegemónicos. Avanzamos en la economía del país con esfuerzos y decisiones propias. ¡Venezuela es libre de chantajes y tutelas! ¡No somos, ni seremos colonia!", dijo en medio de una compleja crisis económica en su país.
Según EFE a inicios de 2022 Maduro afirmó que Venezuela había recuperado el camino del crecimiento económico. Sin embargo, la canasta básica de alimentos tuvo un alza de 61% comparada con el año anterior.
Denunció que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) no publica el costo de la canasta alimentaria desde el 2014, ni otros indicadores como la actividad económica y la pobreza.
El Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), señaló que los venezolanos requieren 173 dólares más que en 2021 para comprar los mismos productos y existe un creciente costo de vida en divisas en el país.
La hiperinflación en ese país degradó el valor de su moneda, el bolívar, y abrió las puertas a un proceso de dolarización no oficial que afecta a más del 50 % de las transacciones, a pesar de que la mayoría de los venezolanos no tiene acceso sistemáticos a las divisas.
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