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Economía cubana 2021: ¿crecimiento real o artificial?

A finales de 2021 la economía cubana ha perdido 9,6 puntos porcentuales de PIB (empobrecimiento real) que suponen un notable deterioro de las condiciones económicas y sociales en la Isla

Construcción de nuevo hotel en 23 y K, Vedado © CiberCuba
Construcción de nuevo hotel en 23 y K, Vedado Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 1 año

El régimen comunista cubano, a través de la Oficina Nacional de Estadística de Información, ONEI, ha dado a conocer el resultado de la economía en 2021, un dato que parecía secuestrado desde finales del año anterior, y que ahora ha visto la luz.

Había ciertamente gran expectación por conocer el dato de cierre de la economía cubana en 2021, tras dos años largos de recesión, con descensos del -0,2% en 2019 y un -10,9% en 2020.

En esencia, los comunistas cubanos han declarado que el PIB a precios constantes, de la economía cubana creció en 2021 un 1,5%, una tasa que mejora sensiblemente al 0,5% que había estimado CEPAL en su Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe 2021.

Sin embargo, este crecimiento, muy débil, es del todo insuficiente para compensar la fuerte caída de la producción registrada desde 2019, y lo cierto es que a finales de 2021 la economía cubana ha perdido 9,6 puntos porcentuales de PIB (empobrecimiento real) que suponen un notable deterioro de las condiciones económicas y sociales en la Isla.

Además, esta tasa del 1,5% se ha calculado a partir de la combinación de un primer trimestre negativo en que la economía cubana se encontraba aún inmersa en la recesión que comenzó en el segundo semestre de 2019, extendiéndose durante todo 2020, y, por ello, registró una variación del PIB del -12,6%.

La situación cambió durante el segundo trimestre, y la economía creció un 8,9%, un porcentaje que parecía dejar atrás la recesión, aunque se vio pronto que no iba a tener continuidad y que obedecía en mayor medida a un ajuste interanual después que en 2020 la economía cayese con intensidad en el mismo trimestre (un -20,9%) por causa de la pandemia y los cierres e inmovilización de la actividad.

De hecho, en el tercer trimestre la economía volvió a experimentar una caída del PIB, aumentando los temores del retorno de la recesión, con un -1,4% de variación del PIB, al tiempo que el control de la pandemia dejaba un saldo de infecciones creciente que eliminaba cualquier posible retorno a la normalidad.

Y con este cuadro, que asignaba a la economía cubana un resultado negativo si el año hubiera finalizado en el tercer trimestre (-1,7% de caída del PIB) llegó la sorpresa del cuarto, en el que la economía volvió a crecer, esta vez nada más y nada menos que un 10,9% con respecto al mismo trimestre del año anterior.

Varias consideraciones deben ser tenidas en cuenta, antes de que la cifra ofrecida por las autoridades se acepte por analistas y observadores, porque ese crecimiento, a la vista de los resultados reales de los principales sectores y actividades de la economía que ya se están conociendo (agropecuario, transportes, turismo en temporada alta, etc) no parece real ni alcanzable en las condiciones que opera la economía cubana.

Cierto que puede existir cierta compensación de las bases estadísticas de comparación. El cuarto trimestre de 2020 fue muy negativo, con una caída del PIB del -8,5%, de modo que cualquier crecimiento producido en el mismo período de 2021, por limitado que fuera, podría haber cambiado la situación. De hecho, el crecimiento registrado del 10,9% casi compensa la caída del año anterior.

Por otro lado, basta contemplar las tasas de crecimiento del PIB en el cuarto trimestre en las distintas actividades de la economía para concluir que ese 10,9% es bastante artificial y, sobre todo, debe ser puesto en cuestión para determinar qué entraña realmente.

La economía cubana en 2021 presenta una estructura por sectores económicos en la que el sector primario alcanzó el 2,6% del PIB, el secundario el 19,2% y el terciario el 78,2% restante. Ese peso de las actividades de servicios obliga a tener muy en cuenta la dinámica que registran para determinar el resultado de la economía en su conjunto.

Además, en el caso de la economía cubana, el peso que tienen la educación, salud pública, cultura, administración pública y defensa, servicios sociales en el PIB es muy elevado, alcanzando en 2021 un 36,8% lo que tiene una incidencia notable en el crecimiento de aquel. Más aun, cuando estas actividades se financian con cargo al presupuesto del estado, y su expansión hace aumentar el déficit en porcentaje sobre el PIB y el nivel de endeudamiento. Y esto es lo ocurrido, como se observa en el Cuadro siguiente.

La primera columna refleja la participación en porcentaje sobre el PIB de la economía que tiene cada una de estas actividades presupuestadas. Destaca Salud Pública que solo ella alcanza más de la quinta parte del PIB, 21,2%. Le sigue a más distancia, Educación, con un 5,1%, Administración pública, defensa y seguridad social, un 4% y Cultura, deporte, un 3,5%, entre otros.

La segunda columna indica la tasa de variación anual del PIB en cada una de estas actividades, corregida de los datos trimestrales publicada por la ONEI. Educación vio crecer su PIB un 29,3%, Salud pública, un 15,2%, crecimientos muy elevados en correspondencia con la expansión presupuestaria, por supuesto, superiores a la media de toda la economía que fue un 1,5%. Obsérvese que solo 4 actividades de este grupo de ramas presupuestadas experimentaron crecimientos por encima de la media, lo que apunta a una concentración del crecimiento.

La tercera columna trata de estimar la contribución de cada una de estas actividades financiadas con el presupuesto al crecimiento de la economía, así como la que realizan todas las actividades de forma conjunta.

La aportación de Salud pública (322,7 puntos) y Educación (148,4) supuso el 47% del crecimiento logrado. A mayor distancia, la Administración pública aportó 12,4 puntos al PIB, y la ciencia e innovación, 2,3 puntos. Se trata de actividades que estimulan el crecimiento de la economía a partir de la expansión del presupuesto de gastos públicos, sosteniendo de manera artificial el crecimiento. La contribución agregada de estas actividades presupuestadas al PIB de la economía fue 483,9 puntos y una tasa de crecimiento promedio del 13,1%.

Si este mismo análisis se realiza con las actividades productivas de la economía, no directamente relacionadas con el presupuesto (igualmente financiadas por el estado, ya que no conviene olvidar que es el dueño absoluto de los medios de producción, detrayendo recursos y subsidiando según sus intereses políticos) se obtendría el Cuadro siguiente.

Cabe observar que, a excepción de Turismo, de Transportes, almacén y comunicaciones, Construcción y de Servicios empresariales, el resto de las actividades presentan pesos negativos en su contribución al crecimiento del PIB en 2021. De forma significativa, la Industria (-131,1), el Comercio (101,6) y la Agricultura y ganadería (-31,9) han ejercido una influencia claramente negativa sobre el PIB de la economía. El balance final de estas 12 actividades se estima en una contribución negativa de 87,4 puntos al PIB de 2021 y una tasa de crecimiento promedio equivalente a un -1,4%.

Del contraste de estas dos cifras se concluye que el único crecimiento logrado por el PIB de la economía cubana en 2021 se ha logrado vía expansión de los gastos públicos del presupuesto, y no por medio de la productividad y competitividad de la economía, sobre todo, en los sectores que tienen mayor incidencia sobre el nivel de vida de la población, Industria, comercio y agropecuario, en el furgón de cola de la actividad económica.

Basar el modelo de crecimiento en la expansión descontrolada del gasto público del presupuesto tiene un efecto limitado sobre la tendencia a medio y largo plazo de la economía y la sostenibilidad del modelo, sobre todo porque eleva el nivel de endeudamiento por encima del PIB, e incrementa y tensiona los precios.

En 2021 la expansión del gasto, sobre todo en sanidad para afrontar la pandemia, ha podido sostener el crecimiento, frenando la incidencia de la recesión, pero las bases que sustentan este cambio de coyuntura son muy débiles. Si se quiere dar continuidad al proceso se tienen que reactivar sectores clave como Agricultura, ganadería, Industria, Comercio, sin olvidar la industria azucarera que se mantiene en registros históricos mínimos. Otro modelo de crecimiento alternativo. El actual, ya no sirve.

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Elías Amor

Economista, Miembro del Consejo del Centro España-Cuba Félix


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