Las autoridades cubanas aseguran que el país se encuentra libre de hepatitis infantil aguda de origen desconocido, enfermedad que se ha reportado ya en una docena de países.
"No se ha detectado ningún caso que cumpla con el criterio de hepatitis aguda de origen desconocido en Cuba", confirmó el ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda.
El dirigente señaló que el Ministerio de Salud Pública activó un sistema de vigilancia y control ante la posible aparición de casos en el país, y se han definido conceptos para el abordaje de la enfermedad.
"Constantemente estudiamos casos en el instituto de referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), que pueden resultar sospechosos, pero hasta el momento no tenemos ningún caso diagnosticado en Cuba", recalcó, citado por el portal oficialista Cubadebate.
Según Portal Miranda, Cuba cuenta con un plan dirigido a adoptar medidas intersectoriales para evitar la propagación de la hepatitis aguda grave de causa desconocida si entrase al país.
Dichas medidas incluyen la vigilancia sistemática higiénico epidemiológica, garantizar el aseguramiento médico, capacitar a profesionales de la salud sobre la enfermedad y la consulta a seguir, y diseñar investigaciones que respalden medidas de control.
"Las hepatitis no son hoy un problema de salud en nuestro país y los casos disminuyen hasta la fecha en mas de un 77% en comparación con el año anterior", añadió.
Esta semana el doctor Francisco Durán García, director de Epidemiología del MINSAP, informó que aunque no se han dado casos de la enfermedad en Cuba, ya se elaboró un plan de vigilancia para saber cómo proceder si se notificara algún niño con algún síntoma.
Según el experto, se elaboraron normas para la prevención y el control de la enfermedad, como se hizo en enero de 2020 ante la amenaza del COVID.
Durán recomendó mantener el uso del nasobuco, pues en un porcentaje de los casos estudiados de hepatitis en el mundo se halló la presencia de un adenovirus (patógeno que produce cuadros respiratorios y se transmite por contacto o por el aire), particularmente el F41, una variante más agresiva; aunque no se descarta que sea un virus no identificado.
El especialista subrayó que se orientó la observación a los casos pediátricos que lleguen a las instituciones de salud con síntomas como orinas oscuras, heces fecales claras, malestar y trastornos digestivos, sin causa aparente.
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