Eva Mireles, una de las dos maestras asesinadas el martes en la escuela primaria Robb, en Uvalde, Texas, donde trabajaba desde hacía 17 años, puso su cuerpo de escudo durante el tiroteo para proteger a sus alumnos de las balas.
Mireles, de 44 años, era profesora de cuarto grado, y según relató su hija en su cuenta de Twitter, se interpuso entre sus estudiantes y el tirador mientras este disparaba.
La joven Adalynn, que se acaba de graduar en la universidad, dijo que su mamá "saltó desinteresadamente frente a sus alumnos para salvarles la vida".
"Estoy tan feliz de que la gente conozca tu nombre y esa hermosa cara tuya, y sepan lo que es un héroe", afirmó.
Adalynn describió a su madre como su mejor amiga, que se reían con TikToks, cantaban karaoke juntas, hablaban por teléfono todos los días después del trabajo y peleaban por las cosas más tontas solo para reírse. Por último, prometió cuidar de su papá y de los perros de la familia.
También Audrey García, cuya hija Gaby fue alumna de Mireles cuando estaba en tercer grado, le rindió un sentido homenaje con una foto de ella junto a su hija, síndrome de Down, para mostrar la dedicación de la maestra hacia la niña.
"Mi hija tiene síndrome de Down, y fue una de las primeras estudiantes en ese momento en ser incluida en un aula regular. La Sra. Mireles siempre fue más allá. Nunca vio que Gabby tuviera menos potencial que los demás estudiantes", dijo.
Audrey, que ahora vive en San Antonio, dijo que Mireles se comunicaba con ellas en Navidad, porque Gabby, ahora de 23 años, le regaló en una ocasión un adorno relativo a esa fiesta.
"Decía que siempre pensaba en Gabby cuando ponía su árbol de Navidad. Después de todos esos años, todavía se preocupaba por Gabby como estudiante. Solo quiero que todo el mundo sepa la clase de persona que era y la clase de educadora que era. No quiero que la olviden", pidió.
A Eva Mireles le sobreviven su hija Adalynn y su esposo, agente de la policía.
Su tía, Lydia Martínez Delgado, la describió como una persona alegre y activa a quien le gustaban las excursiones y se enorgullecía de dar clases a alumnos, en su mayoría de origen latino.
"Ella era la diversión de la fiesta. Hizo todo lo que pudo para vivir una larga vida, y aquí se vio truncada", dijo Delgado a The Washington Post.
Los cuerpos de los 19 niños y sus dos profesoras asesinados en la escuela fueron identificados este miércoles, y fotografías suyas circulan en redes sociales, a manera de homenaje.
Todos estaban en una única aula de cuarto grado donde el pistolero, un exalumno identificado como Salvador Ramos, de 18 años, se atrincheró.
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