Un niño cubanoamericano de siete años falleció el pasado martes tras ahogarse en una alberca del hotel Barceló Maya Palace, ubicado en la Riviera Maya.
Los padres del niño, ambos de nacionalidad cubana y residentes en Florida, cancelaron su viaje de regreso, pues tienen la intención de demandar al hotel, porque alegan que su personal cometió negligencia, informó Reporte Índigo.
El menor, de quien solo han trascendido las iniciales M. C., se había lanzado sobre el mediodía de una canal de la piscina del hotel, y luego de que pasaran varios minutos sin que emergiera, fue sacado ya sin signos vitales.
El personal del hotel llamó a una ambulancia particular para trasladar al niño a una clínica privada, sin dar parte a las autoridades, para que no se marcara el deceso como ocurrido en sus instalaciones.
El niño ya llegó, pasada la 1 de la tarde, muerto a la clínica, pero aun así admitieron su ingreso y dejaron pasar casi una hora para hacer la llamada al 911 informando de ello a las autoridades.
Según varios medios mexicanos, no es la primera vez que, luego de que un niño muera en instalaciones de la Riviera Maya, el personal trata de evitar que lo sucedido salga a la luz, para no ver vista perjudicada la reputación de los hoteles.
El pasado febrero, un niño de cuatro años fue hallado muerto en un canal del suroeste del condado de Miami-Dade.
Las autoridades informaron que el pequeño con necesidades especiales falleció ahogado.
Según la Policía de Miami-Dade, alrededor de las 2:50 pm el servicio del 911 recibió una llamada de emergencia sobre un niño que estaba desaparecido de su casa, ubicada en el 280th Terrace del suroeste y la 141th Avenue, en el barrio de Leisure City.
La familia del niño relató que en pocos segundos éste se les perdió de vista a los mayores. En el lugar había otros niños y fueron ellos quienes se percataron de que el menor ya no estaba.
El pasado año, el cubano Ariel Romero Velázquez, de 49 años, murió en Miami Beach, mientras intentaba salvar a una niña de 11 años y a su padre, que se estaban ahogando.
Romero y su familia estaban disfrutando de un día de playa, pero decidieron quedarse en la piscina porque había bandera roja. Sin embargo, el hombre entró al mar con uno de sus hijos y se dio cuenta de que el padre y la niña estaban ahogándose, y se lanzó a intentar rescatarlos.
La esposa del fallecido, Ana Pérez, contó que nunca imaginó que la conmoción que se generó en el área de la 54 calle y Collins Ave de Miami Beach cerca de las seis de la tarde, tenía que ver con su esposo.
Cuando se acercó a ver qué pasaba, Romero "ya estaba echando espuma por la boca, ya no estaba consciente, yo le vi los ojos medio abiertos y pensé que estaba despierto, le pedí que aguantara. Esto es muy duro".
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