Los turnos para comprar gas licuado en Las Tunas se venden hasta en mil pesos, según trascendió en fuentes oficiales.
En medio de la acuciante crisis energética que impide a los ciudadanos cocinar con electricidad, los cubanos integran filas durante días para comprar el producto pero a veces se van a casa sin poder conseguirlo, de acuerdo con un reportaje del diario local Periódico 26 publicado este martes.
Muchos tuneros afirmaron que con el pago de hasta mil pesos se podía alcanzar a comprar “una balita” pero es un monto excesivo para personas que tienen “urgencias mayores” y deben apuntarse en filas interminables para comprar.
Según trascendió en la publicación, la odisea para comprar gas en Las Tunas se empeora por los repartidores -conocidos como “domicilio”- pero de acuerdo con uno de ellos, su organización es correcta y no afectan la adquisición de gas de quienes acuden de forma presencial.
“Por ahí dicen que cobramos caro, pero voy a ser sincero, han venido varios y ellos, no nosotros, nos ofrecen mil y mil 500 pesos para que les compremos lo antes posible”, opinó un “domicilio” que pretextó necesitar el dinero porque “la vida está durísima”.
Según otro repartidor a domicilio, “el verdadero caos lo arman los domicilios ilegales, que no poseen papeles, ni pagan patente. Esos compran casi a diario y, aunque se saben quiénes son, les venden”.
Sea cual sea la justificación, la cantidad de gas disponible es insuficiente.
La demanda de gas supera ampliamente el suministro que se recibe en cada fecha, el cual oscila entre las 100, 150 y hasta 250 “balitas”, alegó un funcionario del punto de venta del reparto Las 40.
“La entrega se ha mantenido estable, pero es poca, fundamentalmente, en este punto que suma más de 15 mil compradores”, afirmó.
Las listas para apuntarse y garantizar un turno son numerosas. En Buena Vista, incluso, ha llegado a haber 17 simultáneas.
“Hay que venir casi de noche para garantizar comprar al día siguiente. No puedo explicar los problemas que se arman, ayer se fueron a los golpes. Y para colmo obligan a una a cargar con el envase vacío desde antes”, dijo una ciudadana que había acudido a hacer fila desde la madrugada del miércoles y el jueves continuaba tirada en el suelo con migraña.
Una madre de una bebé contó que había estado yendo un mes para adquirir un cilindro pero al enfermarse su hija de dengue perdió su turno en la cola y debió comenzar desde el inicio.
“Antes de las afectaciones electroenergéticas, la empresa vendía diariamente un total de 1,700 cilindros. En la actualidad, los números crecieron y suman más de 2,000 en cada jornada; aun así, la demanda se mantiene muy por encima de la oferta”, refirió la nota.
Las críticas de los ciudadanos tuneros por las largas filas habían trascendido previamente.
En un reportaje local de finales de agosto, los ciudadanos denunciaron que se hacían listas de hasta 150 personas pero cuando se acababa el gas disponible se iniciaba una nueva.
La letanía de los cubanos para poder contar con un medio para elaborar los alimentos en medio de los apagones los ha llevado a esperar durante días en filas que parecen no acabar.
La situación, sin embargo, no es exclusiva de Las Tunas, en varios lugares del país las largas colas, la insuficiencia de cilindros y la poca distribución impiden a los ciudadanos adquirir el gas.
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