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Iglesia Católica envía donativo a damnificados del huracán Ian en Pinar del Río

Alimentos, aseo, ropa, calzado, materiales escolares y de oficina serán distribuidos por Cáritas en la provincia más occidental de Cuba.

Ayuda enviada a Pinar del Río © Facebook / Cáritas Cienfuegos
Ayuda enviada a Pinar del Río Foto © Facebook / Cáritas Cienfuegos

Este artículo es de hace 1 año

La Iglesia Católica en Cienfuegos envió un donativo a residentes de Pinar del Río que resultaron damnificados tras el paso del huracán Ian por el occidente de Cuba.

Alimentos, aseo, ropa, calzado, materiales escolares y de oficina son algunos de los productos que se distribuirán en la provincia más occidental de Cuba, según explicó este viernes la organización Cáritas en Cienfuegos.

"Queremos agradecer a los miembros de nuestras comunidades y parroquias por aportar a esta donación en momentos tan difíciles", agregó.

Esta ayuda se suma a otras enviadas por la Iglesia Evangélica Libre y de Dios Ortodoxa, según explicó en Facebook Yusimy Yulls Quintana.

Cáritas Cuba ayuda en Pinar del Río a personas de diferentes localidades que perdieron todo con el huracán Ian y a finales de octubre repartieron donativos a los vecinos de la comunidad Barrigona, municipio San Luis.

Arroz donado por la organización Iniciativa Misionera San Juan Pablo II de España y otros alimentos, así como productos de aseo y ropa permitieron beneficiar a unas 70 familias, de acuerdo con la propia organización.

"Nuestra gratitud siempre con todos los donantes dentro y fuera de Cuba y a todos los hermanos, que con su contribución, han sido sensibles al sufrimiento de los que peor situación viven tras la experiencia ciclónica en Pinar del Río", dijeron a través de un comunicado.

Asimismo, Cáritas ha contado con la ayuda de voluntarios provenientes de Alemania y sus acciones beneficiaron a unas 78 familias de Surgidero de Batabanó, Mayabeque; que fue igualmente destruido por el huracán.

Cáritas Cuba es una institución de la Iglesia Católica, constituida el 25 de febrero de 1991, por decreto de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, y está estructurada en las 11 diócesis del país.

Actúa mediante programas y proyectos aplicados, principalmente, a quienes están en desventaja social y en riesgo de exclusión; se presentan como una organización que pretende favorecer la tolerancia, el diálogo, la reconciliación y la consecución del bien común.

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