En la ciudad de Ciego de Ávila existe un alto riesgo por la cantidad de casos de dengue detectados por las autoridades sanitarias en los últimos días, según reconocen las autoridades locales.
Las cinco áreas de salud de ese territorio han incrementado los diagnósticos positivos de la enfermedad, a pesar de que hace meses adoptaron medidas para reducir la incidencia.
“En lugar de avanzar, hemos retrocedido”, reconoció el gobernador Tomás Alexis Martín Venegas, según un reporte del periódico local Invasor.
La falta de organización y control ha sido el principal factor que provocó esta crítica situación epidemiológica en Ciego de Ávila, una ciudad con más de 152 mil habitantes.
A eso le suman la falta de personal para fumigar las viviendas y locales, así como todo el trabajo preventivo que se debe realizar, sin mencionar que se necesitan más de mil personas para abarcar todo el municipio, recursos humanos con los que no cuentan.
Los policlínicos, principales centros de salud encargados de monitorizar y adoptar las medidas necesarias, tienen déficit en el transporte, por tanto solo han podido actuar en el 57 % de los casos donde detectaron enfermos con dengue.
"Tengo que llegar a 455 casos, con tres medios de transporte no puede hacerse en un día, a lo que se suma la toma de sangre para las pruebas IgM. Pasadas 48 horas las acciones no tienen los mismos resultados”, lamentó Kesnel Lima Ruiz, director de Salud Pública en el municipio.
A mediados de noviembre, el gobierno de Ciego de Ávila reconocía un déficit de trabajadores en Salud Pública, con un faltante de 46 enfermeros y en 36 médicos en los Consultorios de la Familia.
Las autoridades cubanas no ofrecen datos sobre la cantidad de personas que enferman o mueren de dengue; es a través de las redes sociales y otras plataformas que se conocen los casos de víctimas que deja la enfermedad.
Durante el tiempo que duró el confinamiento por el coronavirus, enfermedades como el dengue pasaron a un plano menos relevantes, aunque el país continuaba con todas las condiciones para la persistencia de la enfermedad.
Solo después restablecerse la normalidad es que se conocen las consecuencias de no fumigar, la falta de sistematicidad en el trabajo y la poca capacidad de respuesta de las instituciones sanitarias para enfrentar la demanda.
Expertos cubanos oficialistas advirtieron que entre octubre y noviembre ocurría un pico estadístico en la cantidad de casos de dengue en Cuba, lo que se convirtió en un quebradero de cabeza para los ciudadanos, que además no tienen acceso a medicamentos e insumos médicos, a causa del desabastecimiento de farmacias y centros socio sanitarios.
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