El senador republicano de Florida Marco Rubio visitó este martes Cayo Hueso para reunirse con tripulaciones de la Guardia Costera de EE.UU. (USCG).
El político de raíces cubanas, acompañado por el congresista Carlos A. Gimenez, conversó con los hombres que “trabajan para detectar y disuadir la migración marítima ilegal”, informó en Twitter la USCG del Southeast.
Unos días atrás, Rubio pidió un plan al presidente Joe Biden para abordar la crisis migratoria que se vive desde hace meses y que ha provocado un éxodo de cubanos, a través del estrecho de la Florida.
“Los Cayos de Florida ahora están siendo abrumados por los inmigrantes que llegan en barco Y hasta ahora, la Administración Biden parece no tener ningún plan para abordar este problema”, escribió el político en su cuenta de Twitter.
El éxodo de cubanos ha dejado cifras que superan los datos históricos y en lo que va de año fiscal, se ha reportado un incremento del 400 % del arribo de inmigrantes a costas estadounidenses, según la Guardia Costera.
Asimismo, el senador de origen cubano alertó que la llegada de balseros, procedentes de Cuba y Haití, podría empeorar en lo adelante, ante la falta de una previsión política clara por parte de la Casa Blanca.
Ante la masiva llegada de cubanos por vía marítima, que ha obligado incluso a cerrar parques por la afluencia de balseros, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, activó la Guardia Nacional para hacer frente al creciente flujo de inmigrantes cubanos y haitianos hacia el sur del estado.
A través de la Orden Ejecutiva (OE) 23–03 (Manejo de Emergencias–Migración Ilegal), el gobernador ordenó a las agencias policiales y otras instancias estatales apoyar a los gobiernos locales que se encuentran lidiando con “la alarmante afluencia de migrantes que desembarcan en los Cayos de Florida”.
De igual modo, pidió apoyo adicional a los esfuerzos para prevenir más desembarcos, y criticó las políticas migratorias de Joe Biden y la falta de apoyo federal a los estados fronterizos que tienen que recibir a los indocumentados.
La medida se produjo luego de que Biden anunció que impediría la entrada de cubanos, nicaragüenses y haitianos, y habilitó un programa de parole para que 30,000 inmigrantes de esas nacionalidades puedan solicitar su entrada legal, trabajar y permanecer en el país por dos años.
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