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Osmán, el niño cubano que vive en un cuarto de hospital en Trinidad

La madre del niño murió en el parto y el padre dice que puede tenerlo en su casa. Al nacer sufrió una hipoxia severa que le causó daños en el sistema nervioso, además de epilepsia.

Enfermera Addi Lucía Saroza Pichardo con el niño Osmán Vivas Olazábal © Escambray / Ana Martha Panadés
Enfermera Addi Lucía Saroza Pichardo con el niño Osmán Vivas Olazábal Foto © Escambray / Ana Martha Panadés

Este artículo es de hace 1 año

Un niño cubano huérfano de madre que padece varias enfermedades críticas, vive en un cuarto habilitado para él en el Hospital Tomás Carrera Galiano, en Trinidad.

Osmán Vivas Olazábal cumplió el viernes su primer año de vida, rodeado del amor de enfermeras, médicos, pantristas y todo el personal del centro.

Nació en el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus, y su madre murió por una hemorragia obstétrica posparto.

El menor estuvo ingresado hasta los cuatro meses en cuidados intensivos neonatales, tras sufrir una hipoxia severa que le causó daños múltiples, sobre todo en el sistema nervioso central, además del síndrome de West, un tipo severo de epilepsia.

Después de estabilizarlo se decidió su traslado para Trinidad, municipio donde reside. Pero su familia materna se desentendió de él y el padre alegó que no tiene condiciones en la casa para atenderlo.

"Fue entonces que se habilitó este cuarto aislado en la sala de respiratorio, donde permanece rodeado de mucho cariño", dijo al periódico Escambray Addi Lucía Saroza Pichardo, a quien le confiaron la vida del pequeño.

"Llegó muy delicadito, con una atrofia óptica bilateral y dificultades en la deglución, por lo que se le había colocado una sonda de gastrostomía endoscópica, que es la única vía para alimentarlo", recordó.

Licenciada en Enfermería y especializada en Pediatría, Addi Lucía se encarga del cuidado de Osmán desde las 8:00 am hasta las 4:00 pm, de lunes a viernes. Otras tres profesionales le relevan por las noches y los fines de semana.

Ella es quien lo lleva a los turnos médicos en Sancti Spíritus y reconoce sus pequeños avances: ya sostiene más la cabecita y ha perdido un poco de rigidez.

"La fisioterapeuta me explica que debo estimularlo a través de los sonidos porque su visión es muy limitada y solo de un ojo. También le hago los los ejercicios para que se fortalezca su cuerpo", dijo.

"El niño tiene el medicamento que controla sus ataques de epilepsia. Por suerte, no hemos tenido que utilizar el aspirador ni el oxígeno, pues todavía mantiene su función respiratoria", agregó.

Debido a sus padecimientos, Osmán tiene que estar casi todo el tiempo en su cuarto.

No puede ingerir alimentos, excepto una fórmula que se le administra a través de una sonda de gastrostomía endoscópica. Ellos le ha provocado trastornos nutricionales, por lo que se evalúa como un bebé bajo peso.

Según explicó la pediatra María Elena Estépez Fernández, como es un niño que vive en un entorno hospitalario, corre el riesgo de adquirir infecciones, sobre todo respiratorias y dermatológicas.

"Aunque en estos momentos se encuentra estable con sus padecimientos crónicos que los va a arrastrar a lo largo de la vida. Él es el bebé de todos, recibe atenciones y mimos de quienes trabajamos en los servicios de Pediatría y de muchas otras personas. Puedo asegurarle que es una de las razones por las cuales su evolución sea satisfactoria hasta hoy", subrayó.

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