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Industria de calzado en Santiago de Cuba en busca de inversiones de China

Según la prensa oficialista, la falta de “materias primas” es “la mayor dificultad de la industria ligera en la actualidad, que carece de muchos recursos como hilos, plantillas de monta, tejidos y agujas”.

Productos de la UEB Calzado Combell © ACN
Productos de la UEB Calzado Combell Foto © ACN

Este artículo es de hace 1 año

Una empresa estatal de Santiago de Cuba busca revitalizar la industria del calzado en la provincia con ayuda de inversiones provenientes de China.

Se trata de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Calzado Combell que, según ACN, busca “establecer un convenio de abastecimiento de materias primas” con el país asiático.

Según la agencia oficialista, la falta de “materias primas” es “la mayor dificultad de la industria ligera en la actualidad, que carece de muchos recursos como hilos, plantillas de monta, tejidos y agujas”.

La escasez de estos materiales se debe a “la crisis económica mundial y el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba”. Según ACN, frente a estas circunstancias, la UEB santiaguera “apuesta por nuevos servicios y encadenamientos productivos con formas de gestión no estatal para adquirir materiales”.

Con 268 trabajadores en plantilla, la empresa estatal ha estrechado “el vínculo productivo con las unidades militares de la región oriental para la reparación de las botas Coloso y la fabricación de cinco mil zapatos femeninos para el uniforme diario”.

Además, produce “botas de trabajo con piel nacional y suelas prefabricadas por una pequeña empresa de Villa Clara y La Habana, y hojas de monta provistas por una trabajadora por cuenta propia de Camagüey”.

Gracias a ello, explicó la directora de la entidad, Zoe Cabello, la empresa ha cumplido los planes económicos de recaudación de 50 millones de pesos por la confección y reparación de calzado, así como por las ventas, mediante convenios, a establecimientos minoristas con un costo de 400 pesos.

"Cuba necesita encadenamientos productivos", subrayó a comienzos de 2019 el gobernante Miguel Díaz-Canel, repitiendo una vez la fórmula de la “continuidad” para sustituir importaciones y dar solución a los problemas derivados de la falta de materias primas o piezas de repuesto.

A finales de ese mismo año, un artículo de CiberCuba profundizaba en el drama de los padres cubanos a la hora de comprar zapatos para sus hijos, un artículo desaparecido de las tiendas en Cuba, o con precios astronómicos, o de muy mala calidad.

Bajo el título de “Buscar zapatos… el dolor de cabeza de los padres cubanos”, el artículo describía la odisea de padres cubanos para calzar a sus hijos, teniendo que recurrir al mercado de segunda mano, o a pagar unos precios desproporcionados con los salarios por los zapatos que traían las “mulas”.

En abril de 2022, el periódico oficialista Invasor señalaba que el gobierno de Ciego de Ávila se había visto obligado a entregar zapatos para alrededor de 500 alumnos porque los niños asistían a la escuela en chancletas o directamente no iban a clases, en algunos casos.

El artículo mostró las vicisitudes de los padres cubanos para comprar zapatos a los escolares y comentó los precios que alcanzaban los tenis en Cuba por esas fechas.

"Un par de zapatillas en la boutique Bandolli costaba la semana pasada 43.00 MLC (unos 4,300 pesos cubanos,), otras de la marca Ocean Pacific, 63.00 MLC (6,300 CUP). Unos zapatos de cuero o botas, en establecimiento de trabajadores por cuenta propia, rondan los 4,000 pesos y en la calle, en cualquier portal, lo más barato que pagará por un par de zapatillas es 3,500 CUP", indicaba el medio oficialista.

Además, insistía en que el país necesitaba 20 millones de dólares de inversión extranjera para la “construcción y operación de una planta con tecnología limpia y moderna que produzca un surtido variado de calzado comercial, en el orden de los 47 millones de pares anuales, destinado al mercado nacional”.

"Pregunto a quien conozca, si lo que encarece el zapato es: 1- pura especulación; 2- el salario de los trabajadores que lo producen, más el del séquito administrativo que percibe mucho más y, de paso, se beneficia de las utilidades; 3- si es búsqueda de ganancias a toda costa y a todo costo para cumplir un plan; 4- si es que la vida está muy cara y el precio se calcula tomando como referencia la libra (no la esterlina) sino la de malanga, de carne de cerdo, etc.", inquiría un cubano a finales de 2022.

El internauta cuestionó si el costo de producción de unos zapatos, de dudosa marca y calidad, y comercializados a 2,190 pesos, se correspondía con los ingresos de los cubanos, cuyo salario mínimo asciende a 2,100 CUP.

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