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El show de Arozarena no le alcanza a México y Japón va a su tercera final del Clásico Mundial

Fue un partido espectacular donde el jardinero pinareño volvió a tirar del carro de su equipo.

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Este artículo es de hace 1 año

El outfielder cubano Randy Arozarena se robó un jonrón y prendió la chispa ofensiva de un México que peleó bravamente, pero de todos modos quedó al campo (6x5) ante el favorito Japón, que mañana jugará la final del Clásico Mundial de Béisbol contra Estados Unidos.

Los mexicanos se pusieron delante en el cuarto episodio ante los envíos del joven fenómeno Roki Sasaki, que marcó varias veces en tres dígitos pero no pudo evitar que Luis Urías le pegara un batazo de 403 pies con par de compañeros en las bases.

Desde el box mexicano Patrick Sandoval navegó con mar en calma durante cuatro entradas, y abriendo el quinto pasó un susto gigante cuando Kazuma Okamoto -el mismo que le impulsó cinco carreras a Italia en los cuartos de final- le conectó violentamente un cambio que se habría despedido del terreno de no ser porque Arozarena saltó en el momento preciso y capturó la bola, para desatar la locura de sus parciales en el LoanDepot Park.

Sin embargo, el Samurai Japan no bajó los brazos, y en el séptimo devolvió la moneda y emparejó el score por medio del cuadrangular de tres carreras rubricado por Masataka Yoshida sobre otro cambio de velocidad, éste del relevista JoJo Romero.

Lo que ocurre es que México vino por todo al quinto Clásico, azuzado por un Arozarena que ha sido el jugador más aclamado del torneo y que a la altura del octavo rompió fuego con un largo tubey que inspiró a la tanda de los Charros. Y tanto, que Alex Verdugo lo imitó para remolcar la ventaja, Joey Meneses dio sencillo e Isaac Paredes empujó otra anotación.

Japón se quedó corto en la parte baja de ese inning (Hotaka Yamakawa consiguió un fly de sacrificio pero Kensuke Kondoh se ponchó sin tirarle con dos hombres en el circuito), y así los dirigidos por Benjamín Gil llegaron al noveno ganando por la mínima.

Era el momento de Giovanny Gallegos. El derecho debía encargarse de los últimos tres outs, pero le tocó estrenarse ante Shohei Ohtani y este le sopló un doblete que colocó el empate a 180 pies del plato. Seguidamente, Yoshida recibió boleto y en el home se presentó el hombre de los 56 bambinazos en la temporada japonesa de 2022, Munetaka Murakami, quien rechinó la píldora contra la pared del center field y dejó el duelo crucial sin equipo latino en el diamante.

De tal modo Japón estará por tercera vez en la final del evento (antes se coronó en 2006 y 2009) y saldrá en busca del tricampeonato frente al monarca en ejercicio, que ayer vapuleó a Cuba para sacar su ticket finalista.

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Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


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