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Niña cubana regala su merienda a anciano en calle de Holguín

La pequeña, nombrada Chanel, salió de la escuela y en el camino hacia su casa vio al señor que estaba en la esquina sin nada que comer.


Una niña cubana protagonizó un hermoso gesto al regalarle su merienda a un anciano pobre en el reparto Alex Urquiola de Holguín.

La pequeña, nombrada Chanel, salió de la escuela y en el camino hacia su casa vio al señor que estaba en la esquina sin nada que comer.

La acción fue compartida en Facebook por la usuaria identificada como "La Mujer Escándalo Verónica Dantés de Cuba".

Captura de Facebook / La Mujer Escándalo Verónica Dantés de Cuba

"Quiero compartirles este video, donde la hija de una gran amiga llega de la escuela y se quita sus zapatos y le dice a su mamá: 'mamá, dame merienda'. Y le dice: 'vamos allá abajo'. Y miren lo que pasa...", relató.

"Tomen nota, muchas niñas ojalá y sean como esta niña y sus mamás les enseñen a ser así", concluye el post.

En el video se ve a la menor, que no llega a los 10 años, bajando rápidamente la escalera de su edificio con un pan y un refresco en las manos.

Detrás de ella va su madre, que apenas puede alcanzarla y le dice que no vaya tan rápido. "Ella decidió hacer esto. (...) Fue ella sola, yo no la mandé", aseguró.

Al final del video, la menor llega a donde se encuentra el anciano, sentado sobre la yerba y recostado a una cerca. El hombre coge los alimentos y sonríe tímidamente a la niña, antes de darle las gracias.

Cada día es más común encontrar en Cuba a personas que sobreviven de la caridad de sus compatriotas, pidiendo limosnas, buscando restos de alimentos en la basura y en el peor de los casos, viviendo en las calles.

La crisis actual, que conlleva una elevada inflación, escasez de productos básicos y salarios y jubilaciones incapaces de hacer frente a los altos precios, ha provocado un aumento de la mendicidad en todo el país.

Limosneros, enfermos mentales o personas con alguna discapacidad, sin familia o sin casa, pululan solos -o a veces acompañados de una mascota-, tirados sobre cartones viejos en calles, parques, portales y paradas de guaguas.

Entre ellos abundan los ancianos, un grupo de población con mayor vulnerabilidad física, a lo que se agrega que sus pensiones no alcanzan para cubrir las necesidades básicas y dependen de otras personas, además de que muchos llegan a esa edad sin familia.

El domingo pasado por la noche, una mujer tuvo un conmovedor encuentro en las inmediaciones del Capitolio habanero con un anciano que le pidió pan porque tenía hambre.

Según relató Irina Diéguez Toledo en Facebook, le contestó que no tenía pan ni alimento alguno encima, pero que podía darle 50 pesos. El anciano empezó a llorar y le dijo que eso era "mucho dinero"; sacó 20 pesos del bolsillo y le dijo: "Tengo dinero, pero necesito un pan".

Diéguez Toledo le sugirió entonces que juntara el dinero que él tenía y el que ella le daba para comprarse el pan.

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