Con casi 42 años a la espalda, 32 trofeos ganados y 573 goles en 988 partidos de clubes y selección, el sueco Zlatan Ibrahimovic ha decidido colgar las botas.
“Ha llegado el momento de decir adiós al fútbol, no a vosotros”, les dijo a los aficionados rossoneros en San Siro, durante la ceremonia de despedida. “Seré un fanático del Milán de por vida”.
Zlatan debutó en el Malmo sueco en 1999, pasó al Ajax de Holanda en 2001 y luego se fue a la Serie A, primero con la Juventus (2004-2006) y posteriormente con el Inter (2006-2009).
De ahí partió con rumbo a Barcelona (2009-2010), volvió a Italia para vivir su primera etapa milanista (2010-2012), y entonces militó en la Ligue 1 (PSG, 2012-2016), la Premier (Manchester United, 2016-18) y la MLS (Los Ángeles Galaxy, 2018-2019).
Finalmente cerró el ciclo con un comeback de cuatro temporadas en la disciplina rossonera.
Se va un grande. Un futbolista capaz de las jugadas más increíbles (como aquel golazo de chilena que le marcó a Inglaterra en 2012), y también un hombre sin pelos en la lengua que, para bien o para mal, dijo lo suyo tal como le vino a la cabeza.
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En 2020, en pleno apogeo del Covid: “Ayer resulté negativo en una prueba de Covid y hoy positivo. No tengo síntomas. El Covid tuvo el valor de desafiarme. Mala idea”.
Una vez que Suecia quedó sin opciones de ir al Mundial de 2014: “Una Copa del Mundo sin mí no tiene nada de interesante; no hay razón para esperar algo del Mundial”.
Al legendario técnico Arsene Wenger, cuando aquel quiso dejarlo a prueba en el Arsenal antes de contratarlo: “De ninguna manera, Zlatan no hace pruebas”".
Interrogado sobre el regalo que le había hecho a su esposa por el cumpleaños: “Nada, ella ya tiene a Zlatan”.
Ante la pregunta sobre su sexualidad que le formuló una periodista: “Ven a mi casa y verás si soy gay. Y trae a tu hermana”.
Tras ridiculizar en una acción de juego a un defensor del Liverpool: “Primero fui hacia la izquierda, y él también. Luego fui hacia la derecha, y él también. Luego fui otra vez hacia la izquierda, y él se fue a comprar un hot-dog”.
Poco tiempo después de llegar a Los Ángeles Galaxy: “Si hubiera llegado diez años antes, sería presidente de Estados Unidos”.
Cuando le preguntaron si no habría querido ganar el Balón de Oro: “No echo de menos el Balón de Oro; el Balón de Oro me echa de menos a mí”.
Emplazado por la clásica pregunta de si Messi o Cristiano: “Messi. Para mí, Messi es natural. Cristiano Ronaldo es un producto del entrenamiento”.
Acosado por un reportero que indagó por los arañazos que tenía en el rostro: “Eso tendrás que preguntárselo a tu esposa”.
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