La activista cubana por la democracia Rosa María Payá fue recibida en México entre gritos de “Fuera” y “Gusana” por un pequeño grupo de militantes de izquierda que se concentraron fuera de un hotel en la capital de ese país.
“Acabo de llegar a México, estoy aquí en la puerta del hotel y he sido recibida por estas personas”, comienza su directa en Facebook la promotora de la iniciativa cívica Cuba Decide.
En las imágenes, que suceden frente al hotel Barceló México Reforma en una de las avenidas más céntricas de la Ciudad de México, se observa a un hombre con micrófono en mano acusando a Payá de ser una agente “pagada evidentemente por la CIA, pagada por los Estados Unidos” y agrega que “es una cuestión demostraba abiertamente”.
La transmisión, de poco más de cuatro minutos, muestra cómo la cubana increpa al voceador diciéndole: “¿Cuéntame de las pruebas que tienes?”.
“Está demostrado de parte de la inteligencia cubana de cuáles son los vínculos que se tienen, es una cuestión que evidentemente está ahí presente”, responde su atacador sin argumentar su respuesta con datos específicos.
La hija del líder opositor Oswaldo Payá, impulsor del Proyecto Varela y fallecido en Cuba en oscuras circunstancias, le pide que conversen mientras el hombre continúa con su discurso.
“Sabemos bien de qué forma le llegan los fondos a su organización”, agrega el mexicano, a la vez que añade: “Estos son momentos en el cual se puede mostrar el cinismo sabiendo bien quién la financia, que vive de esos viajes”.
Durante la transmisión se observa a Payá tranquila, que en todo momento apela a la conversación y solicita que le demuestren con pruebas todas las acusaciones lanzadas en su contra.
“El señor no quiere hablar conmigo. El señor dice que es el pueblo mexicano”, señaló la defensora de derechos humanos.
Durante el “recibimiento”, los manifestantes también se hicieron acompañar de una pancarta que decía “Payá trabaja para el imperialismo”. En su alocución era evidente un discurso típico del castrismo en contra de quienes se le oponen.
Minutos más tarde, Payá escribió en la red social X: “Llego a México invitada al #ForoAméricaLibre y los mandaditos de los Castro me estaban esperando en la puerta. Así de débil y ridículo está el régimen cubano… ¿A que le tendrán tanto miedo?”.
Precisamente, durante el Foro América Latina que sesionó el 27 de octubre en Ciudad de México, Rosa María Payá comenzó diciendo “Cuba Libre, Cuba Libre, Cuba merece también ser libre”.
En este evento, la activista habló sobre los recientes resultados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que concluyó que su padre y Harold Cepero, activistas opositores, fueron asesinados por agentes del Estado cubano.
También dedicó parte de su intervención a los presos políticos en Cuba. “Hay más de 1,047 cubanos en prisión política. 1,047 son los que están registrados… son aquellos cuyas familias han alzado la voz”, ahondó.
Asimismo, afirmó que sobre “el cambio a un sistema democrático (en Cuba) que permita iniciar la transición a la democracia y superar la crisis actual… tenemos el desafío de pasar de la resolución a la acción”.
Aprovechó también para hablar sobre el apoyo del régimen castrista a la guerra de Rusia contra Ucrania.
Payá ha abogado en varios escenarios por el cambio político en Cuba. Este propio año durante una reunión con funcionarios del gobierno de Estados Unidos se pronunció por la reanudación del programa de refugiados en la sede diplomática de este país en La Habana.
Según su propuesta, el visado sería válido por un periodo de tres años y con entradas múltiples a Estados Unidos, lo cual permitiría a los activistas utilizarlo “en cualquier momento (...) si se enfrentan a una amenaza urgente y necesitan huir de su país de origen”.
En una entrevista al periodista Carlos Herrera, de la cadena COPE en abril de este año afirmó que el pueblo cubano vive una desdicha permanente.
“Es una tragedia cotidiana lo que se vive en nuestro país, el acceso a la gasolina es difícil. El mismo régimen reconoce que se está viviendo con menos del 60 por ciento de lo mínimo necesario en términos de combustible en el país, pero el drama diario de las familias cubanas es que no tienen agua potable, el drama diario es la falta de energía eléctrica para que no se pudran los alimentos que consiguen para toda la semana”, denunció.
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