El partido de izquierda radical, Podemos, fundado con la promesa de desafiar el statu quo político en España, sufrió un golpe significativo en las últimas elecciones.
La pérdida de votos y músculo político entre los morados ha dejado a la formación liderada por Ione Belarra fuera del nuevo Gobierno, marcando un punto de inflexión en la historia reciente del país.
Tras su ascenso meteórico y su papel crucial en la coalición gubernamental de la anterior legislatura, el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, optó por no incluir a ninguno de los dirigentes de Podemos en su Ejecutivo.
Este giro político es resultado de una serie de desavenencias internas y conflictos con el PSOE, y de las tensiones entre Podemos y Sánchez. Con solo cinco diputados en el Parlamento, Podemos inicia un nuevo curso político de capa caída.
La tensa relación entre Belarra y la vicepresidenta Yolanda Díaz, líder de la nueva agrupación de izquierdas Sumar, ha agravado la situación.
Los intentos de Podemos por mantener su presencia en el gabinete fracasaron. Las propuestas de integrar ministros del partido fueron rechazadas, lo que exacerbó las divisiones internas.
A pesar de ello, se comprometieron a no romper su vínculo con la coalición Sumar, aunque buscando una autonomía política que les otorgue mayor margen de acción.
La salida de Irene Montero como ministra de Igualdad también resalta las discrepancias. Podemos insistió en su permanencia, pero el PSOE devolvió el ministerio a sus manos, designando a una figura con perfil técnico.
Además de Montero, otros ministros de Podemos en la anterior legislatura quedan fuera de la actual, como el comunista Alberto Garzón, ministro saliente de Consumo.
Incómoda con los cambios, Belarra acusó a Sánchez de cometer un "enorme error" al expulsar a Podemos del Gobierno, enfatizando que, aunque los echen, no se rendirán fácilmente.
Esta decisión estratégica de Sánchez y Díaz de distanciarse de Podemos plantea interrogantes sobre el futuro político del país. Según RTVE, en una coyuntura parlamentaria frágil, donde cada voto cuenta, la ausencia de los cinco diputados de Podemos podría tener implicaciones significativas para la estabilidad del entrante Gobierno de coalición.
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