En Banes, Holguín, una madre cubana se enfrenta a una situación desesperante. Sin acceso a medicamentos esenciales para su hijo con una enfermedad mental, ha solicitado ayuda para construir una celda dentro de su propia casa.
La decisión, aunque dolorosa, es su única opción para proteger a su familia y garantizar la seguridad de su otro hijo, quien padece un retraso mental leve.
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“Ya no podemos dormir. Tengo miedo de que arranque la reja que tiene y haga algo con su hermano, que tiene su problemita, un retraso mental leve. Cuando él tiene el medicamento se controla, pero al no haber medicamento él no sale de ahí nada más que a bañarse”, dijo la madre al activista cubano Norge Ernesto Díaz Blak, quien reclamó solidaridad con esta familia en sus redes sociales.
En un desgarrador video, la anciana ofreció el testimonio de su desesperación, marcada por la enfermedad de sus dos hijos, las condiciones precarias de vida, su propia enfermedad - padece deterioro global en el sistema nervioso central- y la pobreza en la que sobreviven con una pensión de apenas 1,528 pesos cubanos.
“Yo debía de tomar vitaminas y cosas, pero hace rato que ni al médico voy, pues con esta situación yo no puedo ir a ningún lado”, confesó la madre al activista.
La falta de medicinas para su hijo ha desencadenado una serie de dificultades insostenibles. “Se ensucia arriba de la cama, en la cama, en el piso… le puse una tanqueta ahí, pero cuando le parece la usa, pero cuando no, no. Además de sus problemas mentales es impedido físico, se le dificulta mucho levantar las piernas”, relató.
El dolor que implica pedir ayuda para encerrar a su propio hijo resultó evidente en sus palabras. “Me duele mucho pedir que me ayuden a hacer como un calabozo para mi hijo, porque el corazón de una madre no da para eso. Pero yo no lo quiero ver ni en la policía, ni preso, ni en un hospital. Yo prefiero estar con él así, guapeando como pueda”.
Además de la construcción de la celda, la madre solicita apoyo para conseguir medicamentos que actualmente están en falta.
“Siento miedo, sí, porque tengo miedo que él le haga algo a su hermano. Cada vez que él pide comida, ¡ay mi hijo!... Cuando tengo para darle, le doy; cuando no, a llorar… ‘Dame un tabaco, dame comida, que tengo hambre y yo no he comido’. Nadie sabe lo que tú sientes con tener un hijo en estas condiciones”, relató la madre.
Para quienes deseen contribuir, ha compartido números de cuenta en CUP y MLC (9205 0699 9058 4681 y 9235 1299 7681 5824, respectivamente), además de un número de contacto (+53 082732) para confirmar transferencias. Este llamado desesperado pone en evidencia las carencias del sistema de salud y la vulnerabilidad de muchas familias cubanas.
Familias cubanas enfrentan desafíos similares
La situación de esta madre en Banes no es un caso aislado en Cuba. Numerosas familias con pacientes que padecen enfermedades mentales enfrentan desafíos similares debido a la escasez de medicamentos y la falta de recursos adecuados.
En octubre de 2023, se denunció la situación de una mujer en La Habana que, debido a la falta de medicamentos para tratar su esquizofrenia, intentó ingresar en un hospital psiquiátrico. Sin embargo, no fue admitida por la falta de camas disponibles, lo que agravó su condición y la desesperación de su familia.
Otro caso trágico ocurrió en abril de 2024 en Cienfuegos, donde un menor de edad con padecimientos psicológicos se suicidó ante la falta de medicamentos necesarios para su tratamiento. Este incidente resalta las consecuencias mortales que puede tener la escasez de recursos médicos esenciales.
Además, en noviembre de 2024, se reportó que un paciente del hospital psiquiátrico de Las Tunas escapó debido al hambre y abandono que sufría en la institución. Este hecho evidencia las condiciones precarias en las que se encuentran algunos centros de salud mental en el país.
Estos casos reflejan una problemática más amplia en el sistema de salud cubano, donde la falta de medicamentos y recursos adecuados para tratar enfermedades mentales pone en riesgo la vida y bienestar de los pacientes y sus familias. La situación demanda una atención urgente por parte de las autoridades para garantizar el acceso a tratamientos y condiciones dignas para quienes enfrentan estas enfermedades.
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