Niegan beneficios extrapenales a las presas políticas Saylí Navarro y Sissi Abascal

Las presas políticas cubanas Saylí Navarro y Sissi Abascal siguen en condiciones severas tras negarles beneficios penitenciarios. Sus familias y organismos internacionales denuncian represión y exigen su liberación.


Las presas políticas cubanas Saylí Navarro y Sissi Abascal continúan enfrentando condiciones de encarcelamiento severas tras la reciente negativa del régimen cubano de otorgarles beneficios extrapenales que les permitirían cumplir sus condenas en un régimen de menor severidad.

Según declaró Annia Zamora, madre de Abascal, durante la visita realizada el miércoles 22 de enero, le fue informado que su hija, así como Navarro, fueron llevadas a la dirección del penal el día anterior, donde se les comunicó la decisión oficial de denegarles cualquier beneficio penitenciario.


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"A Saylí le negaron su beneficio de régimen de menor severidad por seis meses más. Tendrá que permanecer tras las rejas bajo un régimen severo, igual que en septiembre pasado", explicó Zamora a Martí Noticias.

En el caso de Abascal, se le negó cualquier rebaja de sanción, manteniéndola en su estatus de "presa negativa" dentro del penal. "Les están poniendo el agua solo en las noches, nada más, con lo que tienen que bañarse con agua sucia y helada", denunció su madre, quien también alertó sobre las condiciones inhumanas de reclusión que incluyen frío, hambre y restricciones extremas.

Félix Navarro, padre de Saylí y uno de los presos políticos recientemente excarcelados, calificó la situación como "criminal" y denunció la represión sistemática contra ambas activistas.

"Desde el principio han sido reprimidas, restringidas en sus llamadas telefónicas, siempre bajo la supervisión de oficiales de alto rango", declaró Navarro, quien anunció futuras acciones de protesta para exigir la liberación de los presos políticos del 11 de julio. "Vamos a levantar nuestras voces nuevamente en defensa de nuestros hermanos", afirmó.

Saylí Navarro fue condenada a 8 años de prisión por los delitos de atentado y desórdenes públicos, mientras que Sissi Abascal recibió una condena de 6 años de privación de libertad por los delitos de desacato, atentado y desórdenes públicos.

Ambas fueron arrestadas tras su participación en las protestas del 11 de julio de 2021, donde exigieron cambios democráticos y la liberación de presos políticos en Cuba.

Un contexto de endurecimiento y represión

La negativa del régimen cubano a otorgar beneficios penitenciarios se produce en un contexto de endurecimiento de las medidas represivas contra los prisioneros políticos.

En los últimos días, el proceso de excarcelaciones acordado con el Vaticano fue detenido después de que la administración del presidente Donald Trump incluyera nuevamente a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo en enero de 2021.

Esta decisión paralizó las excarcelaciones de presos políticos, a pesar de que el régimen cubano insistió en que no estaba vinculado a la decisión de la administración Biden de retirar a Cuba de la mencionada lista, algo que niegan organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil cubana que exigen se mantenga la palabra acordada y se liberen a todos los presos políticos del régimen.

Según reportes de organizaciones de derechos humanos, el endurecimiento del régimen carcelario afecta no solo a Navarro y Abascal, sino también a decenas de otros prisioneros del 11 de julio de 2021, quienes han sido sometidos a condiciones extremas, aislamiento prolongado y restricciones severas a sus comunicaciones con el exterior.

Navarro y Abascal fueron condenadas por su participación en las protestas pacíficas del 11J, donde miles de cubanos salieron a las calles para exigir libertad y mejores condiciones de vida. Desde su encarcelamiento, ambas han denunciado maltratos, falta de atención médica y la privación de derechos básicos dentro de la prisión.

La situación ha generado una creciente preocupación a nivel internacional. El Parlamento Europeo, organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, y gobiernos como el de Estados Unidos han exigido en reiteradas ocasiones la liberación de las prisioneras políticas cubanas, calificando sus condenas como arbitrarias y motivadas por razones políticas.

Mientras tanto, las familias de ambas presas políticas continúan exigiendo justicia y libertad para sus hijas, asegurando que no cesarán en sus esfuerzos hasta que sean liberadas y puedan reunirse con sus seres queridos. "No podemos quedarnos callados, hay que seguir denunciando estas injusticias", concluyó Félix Navarro.

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