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La administración del presidente Donald Trump ha desmantelado la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), integrándola bajo el control del Departamento de Estado.
El periodista Walter Curt informó en X: "CONFIRMADO: El Departamento de Estado ha absorbido a USAID. Ahora, el Departamento de Estado muestra una versión reducida de la agencia en su sitio web".
Además, Elon Musk, hombre bien cercano a Trump, retuiteó: “USAID es una organización criminal. Es hora de que muera”, a la vez que compartía un post de la cuenta Autism Capital, en la cual se denunciaba que dos funcionarios de USAID fueron puestos en licencia la noche del sábado después de negarse a permitir que los miembros de DOGE accedieran a los sistemas de la agencia.
Desde el sábado último, el sitio web oficial de USAID (usaid.gov) quedó fuera de servicio y muestra un mensaje de que el servidor no puede ser alcanzado. Esta acción coincide con la eliminación de la cuenta oficial de USAID en la red social X (anteriormente Twitter).
Esta reestructuración se produce tras una orden ejecutiva del presidente Trump que congeló la mayoría de la ayuda exterior durante 90 días, afectando a numerosos programas y proyectos internacionales.
En el contexto cubano, esta medida tiene consecuencias significativas para medios independientes y ONGs que recibían financiamiento de USAID con el objetivo de promover la democracia y los derechos humanos en la isla.
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La suspensión de fondos pone en riesgo la continuidad de estas iniciativas, limitando recursos esenciales para su funcionamiento.
Pero la administración Trump defiende la medida, argumentando que busca reevaluar y alinear la ayuda exterior con los intereses nacionales de Estados Unidos.
La absorción de USAID por el Departamento de Estado y la congelación de la ayuda exterior representan un cambio significativo en la política de asistencia internacional de Estados Unidos, con posibles repercusiones para organizaciones y proyectos en Cuba y otras regiones que dependían de este apoyo.
Sin dudas, este tipo de decisiones generan preocupación por el impacto en organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación cubanos que dependían de la ayuda exterior estadounidense.
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