Cuba perdió más de 300,000 habitantes en 2024 y registró su menor tasa de nacimientos en décadas

La crisis económica que atraviesa el país, la falta de oportunidades y pérdida de esperanzas de los más jóvenes, el éxodo masivo y el envejecimiento agravan la situación.


Cuba atraviesa una crisis demográfica sin precedentes. En 2024, el país perdió más de 300,000 habitantes y registró su menor tasa de nacimientos en décadas, según datos recientes de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).

Estos datos confirman un proceso acelerado de decrecimiento poblacional que viene gestándose desde hace años y que se ha agravado con la crisis económica, el éxodo masivo de cubanos y el envejecimiento de la población.


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Las cifras oficiales de la ONEI indican que la población efectiva de Cuba al cierre de 2023 era de 10,055,968 personas, lo que representa una reducción del 10.1% en comparación con los datos de 2020.

El país ha perdido más de un millón de habitantes en los últimos tres años debido a un saldo migratorio negativo y una caída pronunciada en el número de nacimientos.

Entre 2021 y 2023, el saldo natural de la población fue negativo: 284,891 nacimientos frente a 405,512 defunciones, lo que significa una disminución neta de 120,621 personas.

Este proceso se ha visto acentuado por la emigración masiva: el saldo migratorio neto en este período fue de -1,005,006, con un éxodo de más de un millón de cubanos y apenas 6,263 inmigrantes en el país.

La tasa de natalidad más baja en décadas

Uno de los aspectos más alarmantes del informe es la caída de la tasa de natalidad. En 2022, se registraron 95,403 nacimientos, lo que representaba una tasa de 8.6 nacimientos por cada 1,000 habitantes.

Para 2024, las estimaciones preliminares indican un nuevo descenso, con apenas 71,374 nacimientos y una tasa de 7.2 nacimientos por cada 1,000 habitantes, la más baja en la historia reciente de la isla.

El fenómeno responde a varios factores: la emigración masiva de jóvenes en edad reproductiva, la falta de incentivos económicos y sociales para formar familias, y la precariedad en el acceso a recursos básicos como vivienda y alimentación. Además, el envejecimiento poblacional reduce cada vez más la proporción de personas en edad fértil.

Un país que envejece rápidamente

Cuba tiene una de las poblaciones más envejecidas de América Latina. En 2023, el 22.3% de la población tenía 60 años o más, mientras que la proporción de menores de 15 años cayó por debajo del 15%.

Este desequilibrio demográfico impacta gravemente el sistema de pensiones, el mercado laboral y los servicios de salud, que deben adaptarse a una población predominantemente anciana.

Las proyecciones indican que, si estas tendencias continúan, para 2050 más del 30% de la población cubana será mayor de 60 años. Para finales de siglo, algunos estudios prevén que la población cubana podría reducirse por debajo de los seis millones de habitantes, marcando una contracción demográfica sin precedentes en la región.

Éxodo masivo: la principal causa del desplome demográfico

El éxodo de cubanos en los últimos años ha sido determinante en la caída de la población. Según la ONEI, al 31 de diciembre de 2023, al menos 1,249,733 cubanos residían fuera del país, y aproximadamente el 75% de ellos no cumplía con los requisitos para ser considerados residentes efectivos en Cuba.

La crisis económica, la falta de oportunidades y la represión política han impulsado la migración, especialmente de jóvenes y profesionales. Estados Unidos, España y otros países han recibido olas de migrantes cubanos que buscan mejores condiciones de vida.

La salida de personas en edad laboral y reproductiva agrava la crisis de natalidad y acelera el envejecimiento de la población.

Colapso de la población activa y el empleo

La reducción de la población en edad laboral ha generado un impacto significativo en el mercado de trabajo. Según la ONEI, la población en edad de trabajar (15-64 años) ha disminuido considerablemente en los últimos años, afectando el crecimiento económico y la sostenibilidad del sistema laboral.

La tasa de actividad laboral ha caído drásticamente, y en 2023 se estimó en aproximadamente un 63.5%, evidenciando un aumento de la población fuera del mercado laboral. El desempleo ha crecido, y la informalidad laboral ha aumentado considerablemente, ya que muchas personas buscan sobrevivir en sectores fuera del control estatal ante la falta de oportunidades en el empleo formal.

Sectores clave de la economía, como la agricultura y la industria, han perdido una cantidad significativa de mano de obra calificada. Además, se ha incrementado el número de personas que han abandonado la búsqueda de empleo debido a la falta de opciones económicas viables en el sector estatal.

El empleo formal en Cuba ha disminuido en más de 250,000 trabajadores en los últimos cinco años, lo que refleja la grave crisis en el mercado laboral.

El número de cubanos fuera del mercado laboral ha crecido, incluyendo a jóvenes sin empleo y adultos mayores que se retiran anticipadamente ante la falta de incentivos laborales. La situación plantea un reto enorme para el futuro económico del país, que enfrenta un envejecimiento acelerado sin una base laboral suficiente para sostener su aparato productivo.

Crisis económica y postergación del censo de población

El gobierno cubano tenía previsto realizar un censo de población en 2025, pero la profunda crisis económica ha obligado a posponerlo. La falta de datos actualizados complica la planificación de políticas públicas para enfrentar el declive demográfico y agrava la incertidumbre sobre el futuro de la isla.

La posposición del censo es vista por muchos expertos como una estrategia para ocultar la magnitud real de la crisis poblacional. Sin datos precisos, las autoridades carecen de herramientas efectivas para diseñar estrategias que frenen la caída de la población y promuevan la natalidad.

¿Cuál ha sido la reacción del gobierno?

Ante este panorama, las autoridades cubanas han reconocido la necesidad de implementar medidas para incentivar la natalidad y frenar la emigración, pero han hecho llamados a "no dramatizar" la situación.

Algunas propuestas incluyen aumentar los beneficios para las familias con hijos, mejorar el acceso a la vivienda y generar incentivos económicos para los jóvenes. Sin embargo, estas iniciativas chocan con la realidad de una economía en crisis, que limita la capacidad del Estado para ofrecer incentivos efectivos.

Por otro lado, la falta de perspectivas de desarrollo y la represión política continúan impulsando la salida de miles de cubanos cada año. Mientras no se generen condiciones reales para la estabilidad económica y social, es poco probable que las medidas gubernamentales logren revertir la tendencia migratoria.

Conclusión

El desplome demográfico de Cuba en 2024 es un reflejo de una crisis estructural que abarca múltiples dimensiones: económica, social y política. La pérdida de más de 300,000 habitantes en un solo año y la tasa de nacimientos más baja en décadas son síntomas de un país en declive poblacional acelerado.

Sin cambios profundos en la economía y el sistema político, el éxodo de cubanos y la baja tasa de natalidad seguirán reduciendo la población de la isla. Si no se implementan soluciones efectivas, el futuro demográfico de Cuba podría ser aún más sombrío en las próximas décadas.

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